El coste de la vivienda dispara diez puntos la pobreza infantil en España, hasta el 38,6%
La subida de los precios, la inexistencia de parque suficiente de alquiler, la baja protección social o la escasez de vivienda pública son, para la entidad, los principales motivos de que la vivienda en España es «un bien cada vez menos accesible para una parte importante de la población».
El estudio señala también que los hogares con niños están «sobrerrepresentados» en el alquiler. Si en uno de cada tres hogares en España viven menores, entre los hogares que están de alquiler, el porcentaje asciende al 59%. Es decir, en seis
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de cada diez pisos de alquiler viven familias con niños. Esta sobrerrepresentación, según Unicef, se acentúa en los hogares por debajo del umbral de pobreza: los hogares con niños suponen el 72% de todas las viviendas en situación de pobreza que están en alquiler.
Además, más de medio millón de niños y adolescentes en
España viven en una vivienda que sufre carencia severa. El 16,7% de los hogares con niños no puede mantener la casa a una temperatura adecuada durante el invierno; el 27% en los hogares monoparentales. Los derechos de la infancia Esta situación tiene consecuencias negativas para la infancia, mucho más vulnerable a la precariedad. Impactos sobre la salud física y mental y en la educación de los niños, pero también en el acceso al ocio y actividades de tiempo libre y en las relaciones intrafamiliares. «Se constata un panorama de escasa respuesta, hasta el momento, desde las políticas públicas de vivienda de las necesidades y derechos específicos de la infancia», advierte el informe.
Unicef considera que, aunque la ley de vivienda aprobada en 2023 introdujo mejoras, «la infancia está invisibilizada y aparece como un mero anexo a la situación familiar». Una «falta de miras» que, para la organización, «merece la reflexión» y una «apuesta» por medidas que incluyan a los niños como sujetos, «con derechos y necesidades específicas».
Así, plantean incluir los derechos de los niños de forma transversal en los planes de vivienda y piden potenciar las políticas de vivienda e incluir en ellas las metas y objetivos del plan de acción estatal para la implementación de la garantía infantil europea. Además, Unicef alerta de que cada vez más hogares con ingresos medios se ven afectados por esta situación. Algo que cobra sentido, teniendo en cuenta la incesante subida de los precios; no así en los salarios.
Según la Fundación Foessa, el gasto en vivienda y suministros es el mayor que suelen afrontar los hogares, representando un 32,5% del total (casi diez puntos más que en 2006). En el caso del 20% de las familias con menos ingresos, estos gastos alcanzan el 42% de las retribuciones. ●
El alto precio de los alquileres en España y su constante evolución al alza ha llevado al Gobierno a establecer un índice de precios de referencia del alquiler con el objetivo de frenar el auge que en los últimos años han experimentado las rentas. Esta medida –cuya puesta en marcha depende de cada comunidad autónoma– hace dudar a los caseros sobre el tipo de alquiler por el que optar.
Para algunos expertos, como David Caraballo, director general de Alquiler Seguro, estas medidas «intervencionistas» generan «una gran incertidumbre e inseguridad jurídica», lo que perjudicaría al mercado del alquiler «destruyendo» la oferta. Esto puede provocar que «muchos propietarios retiren la vivienda del mercado de alquiler y la trasladen al alquiler vacacional o bien procedan a venderla», según Arantxa Goenaga, abogada especialista en Derecho Inmobiliario y socia del despacho Círculo Legal Barcelona.
«El alquiler de larga duración es menos rentable de lo que lo puede ser el alquiler de corta estancia», sentencia Ferran Font, portavoz y director de Estudios de pisos.com. Font precisa, no obstante, que las rentas por día solo son más beneficiosas en los casos en los que la vivienda esté ocupada al menos 20 días al mes. Y añade que también cuentan con inconvenientes frente al alquiler tradicional, más seguro y con menos riesgo de impago: «En el alquiler de corta estancia hay más rotación, por lo que tenemos un mayor coste de mantenimiento (reparaciones) y un mayor coste de gestión (control de entradas y salidas). También existe mayor riesgo de impago. En definitiva, a mayor riesgo, mayor rentabilidad». ●