El Govern tantea a Junts y Collboni advierte a Colau: se cierra a retirar el complejo «Primero van las políticas turístico: «Sería prevaricar» y después, las sillas»
Lejos de desenredarse, continúa anudándose cada día más la maraña en torno al asunto de la construcción del complejo Hard Rock en Tarragona, situada en el foco de la actualidad por ser el punto de fricción en el debate público sobre los Presupuestos catalanes. Ayer, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, aseguró en sesión plenaria que si el Govern decide parar el proyecto el PSC «retirará» su apoyo a las Cuentas públicas y estas no podrán aprobarse. No obstante, también ayer, la consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, declaraba en una entrevista en La 2 y Radio 4 que cree que el Hard Rock no se acabará construyendo: «Este tipo de proyectos se dilatan mucho en el tiempo para finalmente terminar en un proceso envenenado». Pese a ello, Jéssica Albiach, líder de los comuns, no cambió en su posición y exige el abandono del complejo.
No obstante, la negociación sigue muy viva y Govern y comuns volvieron a reunirse ayer por la tarde para tratar de acercar posturas y lograr alcanzar un acuerdo de forma definitiva, aunque el encuentro finalizó nuevamente sin avances.
En esta tesitura, a una semana del debate de totalidad de los Presupuestos, Aragonès ha tanteado a Junts, grupo al que el pasado el 22 de febrero envió una propuesta de acuerdo con «74 medidas que suman centenares de millones de euros y que significan la aceptación del 70% de sus propuestas», según declaró. «Sentémonos, hablemos y lleguemos a un acuerdo. Estoy plenamente dispuesto».
Junst negó después que se haya aceptado ese 70% de propuestas y que de llegar a un acuerdo, nada.
De esta forma, y después de intentar también conversar con la CUP, la opción más cercana siguen siendo los comuns, con lo que el debate vuelve al Hard Rock. Ayer, el Govern fue un paso más allá y aseguró que la fórmula que propone Ca- talunya en Comú para abandonar el pro- yecto, a partir de un informe de viabili- dad negativo, supondría cometer preva- ricación. Así, el Ejecutivo indicó que no presionará a funcionarios para que el do- cumento sea desfavorable: «No es posi- ble y sería prevaricar». ●
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se mostró ayer convencido de poder llegar a un acuerdo presupuestario con los comuns, pero advirtió a su líder, Ada Colau, de que «primero van las políticas y después, las sillas».
Así respondió Collboni a Colau en una entrevista en Els Matins de TV3, después de que el martes la exalcaldesa de Barcelona acusara al PSC de falta de voluntad para llegar a un «pacto de izquierdas». «¿Quién dice que no queremos un acuerdo con los comuns? Yo digo que sí queremos», afirmó el alcalde socialista, mostrándose convencido de que habrá un consenso cerrado para el pleno del próximo 22 de marzo, sin tener que llegar a una cuestión de confianza.
Collboni desmintió también las palabras de la líder de los comuns y afirmó que las «conversaciones son permanentes». También precisó que mantiene un diálogo con ERC, con los que ya ha alcanzado un acuerdo. Asimismo, admitió que hay «muchas coincidencias» en las negociaciones, tal y como avanzó el martes el teniente de Alcaldía de Economía del Ajuntament de Barcelona, Jordi Valls. «Esto me lleva a pensar que, efectivamente, habrá una acuerdo para los Presupuestos en sentido progresista», concluyó.
El alcalde de Barcelona aseguró que en estos momentos lo más importante es «definir las prioridades» para la ciudad y después se podrá hablar de un «eventual pacto de gobierno». En este sentido, quiso recordar que el
PSC acaba de votar unos Presupuestos para la Generalitat de Catalunya sin ninguna vinculación con el Govern y explicó que él hizo lo mismo con Trias.
Por otro lado, y más allá del tema presupuestario, el alcalde avanzó su intención de rebajar la oferta turística en la ciudad y que esta reducción llegue a «cero» en el distrito de Ciutat Vella. «Rebajaremos el total de apartamentos turísticos en Barcelona y en las zonas más tensionadas. Sobre todo en Ciutat Vella, donde hay problemas vinculados con la seguridad». ●