Luis Cayo (Cermi)
por amplísimas mayorías, cuando no por unanimidad. Esa es la cultura que queremos implantar, que queremos que sea seña de identidad de la discapacidad.
Han publicado un informe sobre los retrasos en valoración de la discapacidad y han tomado la decisión de elevarlo al Defensor del Pueblo. ¿Qué quieren conseguir? Esa valoración es la puerta de entrada al sistema. Si está cerrada o tarda mucho en abrirse, es un sistema que no es suficiente. Supone dejar a la gente a la intemperie. No pueden esperar dos años. En el informe vemos que hay disparidad y falta de dotación. Se necesita un impulso enorme para ponernos al día.
En la dependencia también hay notables retrasos. Hay que trabajar sobre todo en lo que llaman el limbo de la dependencia: personas que tienen la valoración pero que no están recibiendo esa prestación. Es ahí donde tenemos un gravísimo problema.
La UE ha fallado que no se puede despedir a un trabajador por una discapacidad sobrevenida y España se está moviendo en esa línea. El rostro de la discapacidad ha cambiado. Todo nuestro sistema, siempre insuficiente, trabajaba sobre la discapacidad que venía con la persona. Ahora hay sobre todo discapacidad sobrevenida. Eres joven, estás trabajando, y aparece un problema de salud.La discapacidad llega sin esperarla, sin que nadie se haya planificado y nuestro sistema no está pensado para eso. Hasta ahora, si sobrevenía una discapacidad se podía extinguir el contrato. Te decían ‘vete, que ya te daremos una pensión, y a ver en qué términos’. Eso es lo que han apreciado las directivas europeas y el Gobierno, el Ministerio de Trabajo, ha recogido el guante. Lo ideal sería ofrecer siempre a las personas que adquieren una discapacidad que sigan activas, y eso significa una obligación que ya estaba en la normativa
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