Graciano Palomo
no lo supo administrar, se tenía que haber desligado por completo de Vox.
De Fraga a Feijóo, ¿ha visto usted un cambio importante de tendencia? Sí. No se parecen en nada. Fraga dejó la semilla de un partido provincialista, regionalista, populista..., pero muy deshilachado. El que hizo un partido formidable fue Aznar, por encima de su tema como gobernante, ya que la cagó finalmente con la guerra de Irak, su prepotencia con la mayoría absoluta y la gestión del 11-M. Lo sustituye Rajoy, un hombre templado, tranquilo... un hombre de manguitos. Tiene un gran input, que es haber salvado España de la intervención después de la pésima herencia que le dejó Zapatero, pero en el plano político fue un desastre. No estaba preparado para tener una rebelión en Cataluña ni para la aparición de Ciudadanos y Vox. Le sustituye Pablo Casado, buen chico, pero le superó todo y eligió mal al secretario general. Y luego viene Feijóo.
Cuando
ocurrió la gran crisis de la moción de censura, con el partido dividido, María Dolores de Cospedal, Casado y Soraya [Saénz de Santa María] fueron a ver a Feijóo para que diera un paso al frente. Él pidió volver bajo palio y exigió a Rajoy y Aznar que le apoyasen. Hay un almuerzo que tiene con el cesado
Rajoy en Santiago de Compostela donde Mariano le dijo: «Mira Alberto, debes presentarte, pero yo no te voy a apoyar porque yo he prometido ser neutral». Entonces Feijóo no quiso aceptar. De hecho, pensó en dejar la política. Ya cuando sucede la gran crisis con Ayuso y Casado van todos en peregrinaje y hay unanimidad de que tome el poder. Y lo hace muy bien, gana las elecciones, pero no consigue su objetivo de desplazar a Sánchez. Feijóo nunca se creyó las maldades que le decían de Sánchez hasta que tuvo conocimiento de cómo se la clavaba. ¡Que le han representado como si fuera un narcotraficante!
¿Cree que la legislatura va a durar hasta 2027? No creo ni que llegue a Navidad. Es lo que yo veo lógico que ocurra. En otro país democrático, ya se lo hubiesen cargado.
¿Y ve a Feijóo como el próximo presidente? Estoy convencido. Solo le queda una bala; si en las próximas no gobierna, a Sargadelos. Pero todo le favorece. ●