Semana Santa con dos caras: el tiempo causa estragos pero los embalses ganan
EL TEMPORAL destroza paseos marítimos y afecta a las reservas hoteleras de última hora LAS LLUVIAS de los últimos días aumentan el agua almacenada en los pantanos al 16,35%
El sol y las monas de Pascua pusieron ayer el final feliz y dulce –si se dejan aparte las retenciones de tráfico para volver a casa después de las vacaciones– a una Semana Santa en Catalunya nada plácida en lo que al tiempo se refiere. Comenzó con viento fuerte, siguió con olas que destrozaron paseos marítimos y continuó con lluvias intensas el domingo en diversos puntos del territorio. En cuanto a la ocupación hotelera, aunque desde el sector la consideraron «positiva», esta se vio perjudicada por el clima adverso. En general, se superó el 80%, y en algunos casos el 90%, pero las reservas de última hora experimentaron un frenazo y algunas salidas se adelantaron.
El temporal de mar, que dejó olas de más de tres metros, hizo estragos en varios municipios de la costa, así como en la ciudad de Barcelona, donde el oleaje se llevó buena parte de la arena de la playa de Sant Sebastià. Como consecuencia, algunas duchas quedaron descalzadas y varias cañerías, a la vista. El alcalde, Jaume Collboni, dijo ayer que se ha perdido entre un 15% y un 30% de arena en las playas.
En el arenal de Sant Sebastià de Sitges ocurrió lo mismo y se tuvo que cortar el acceso a los peatones por precaución; en Garraf, asimismo, el agua rozó las casitas en primera línea de mar y en Gavà llegó hasta el carril bici del paseo marítimo.
Estos, sin embargo, no fueron los municipios catalanes más afectados. La palma se la llevó Sant Antoni de Calonge, en la Costa Brava, donde el temporal afectó a la estructura del paseo marítimo y tiró cinco palmeras de esta vía en la zona de Torre Valentina. El Ayuntamiento de la localidad decidió acordonar varios tramos de la calle para evitar el paso tanto de viandantes como de vehículos.
La situación fue complicada para algunos restaurantes y bares del pueblo, que tuvieron que «achicar agua y retirar la arena y las piedras» que se colaron en las terrazas, explicó ayer a 20minutos María (nombre figurado), una testigo que declinó revelar al diario su identidad real.
«Sant Antoni era un pueblo conocido por sus espaciosas y abundantes playas, pero cada vez nos estamos quedando con menos arena. Hace años que está encallado un proyecto del Gobierno para construir más espigones», apuntó; y dado que este municipio acoge mucho turismo en la época estival, reclamó medidas que subsanen el problema. «Si no hay soluciones, las playas no van a poder dar cabida a la cantidad de gente que llega al pueblo en verano», dijo.
Por su parte, el concejal de Playas, Raoni Molina, señaló que llevan «muchos años» detrás del proyecto para construir más espigones y que «hace falta que el Ministerio de Transición Ecológica licite las obras urgentemente, ahora que está todo aprobado». El Ayuntamiento del municipio calcula que reparar los desperfectos costará más de un millón de euros.
El delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, afirmó, por otro lado, que están «elaborando un análisis completo» de los efectos del temporal para paliar los daños en las playas dentro de sus competencias. Ha convocado una reunión para hoy con los subdelegados y los responsables de costas y está en contacto permanente con los consistorios afectados «para dar una respuesta lo más pronto posible», insistió. Sin embargo, también dijo que «hace falta evaluar los efectos finales de retorno de arena, dado el componente sur del temporal».
Las inclemencias del tiempo no solo provocaron daños en la costa, sino también en algunas zonas de campo. La crecida del río Cinca por las precipitaciones erosionó un muro de contención en el Sot del Cinca, en Massalcoreig y la Granja d’Escarp (Segrià), lo que hizo que el agua inundara al menos unas 30 hectáreas de melocotoneros, albaricoqueros y perales.
Más imágenes del temporal en Catalunya en 20minutos.es
El presidente de la Comunitat de Regants del Pla d’Escarp, Francisco Vallés, afirmó ayer que los árboles más jóvenes podrían morir.
La buena noticia
El temporal, no obstante, también tuvo una cara amable. Las lluvias caídas entre el sábado y el domingo subieron el nivel del agua embalsada en Catalunya, que ayer alcanzó el 16,35% de la capacidad total. Este porcentaje supera en 0,35 puntos el límite que se fija por decreto para declarar el estado de emergencia por sequía en el que está inmerso la Comunitat. Ocupación hotelera
En cuanto a la ocupación hotelera, el Gremi d’Hotels de Barcelona no había hecho todavía ayer un balance de la Semana
Santa, pero antes de las vacaciones preveía que rondaría el 85%, por debajo del 87% de 2023, y estaba a la expectativa de las reservas de última hora, que fueron menos de las esperadas debido al temporal. Por su parte, el vicepresidente del Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida, Juan Antonio Serrano, explicó que el hecho de que estas disminuyeran hizo que no alcanzaran el 95% o el 100% de las habitaciones reservadas que preveían: se quedaron solo un poco por encima del 90%.
Los establecimientos turísticos de la provincia de Tarragona lograron un 80% de ocupación, según el portavoz de la Federació Empresarial d’Hosteleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià. En cuanto a los de Girona, rozaron el 85%, según calcularon desde el sector, y los de las Costa Brava son los que llenaron más habitaciones, el 90% en algunos casos.
Situación en las carreteras La operación retorno se produjo de forma escalonada. A pesar de que el Servei Català de Trànsit (SCT) recomendó no volver el domingo por las lluvias, a las 21.00 horas de ese día ya habían llegado al área metropolitana de Barcelona el 30,9% de los 590.000 vehículos previstos (182.156). Ayer, a las 16.00 horas, el porcentaje era del 64,4% (380.000); a las 18.00 horas, del 72,4% (427.295) y a las 20.00 horas, del 80% (475.000).
Sin embargo, el hecho de que no todos los vehículos volvieran a la vez no evitó retenciones. Entre las más colapsadas estuvieron la C-16 y la AP-7, que ayer a mediodía, pese a la apertura de carriles adicionales, llegó a acumular 43 km de colas en la región, muchos menos, no obstante, que en 2023 (107). Hasta el cierre de esta edición (23.30 h) no se había contabilizado ningún muerto en la red viaria catalana desde el inicio de los días festivos. ●