Triple medallista en los Mundiales de Para Snow

Idiakez ha sumado una plata individual en la categoría de cross, otra de oro en cross team junto a Raquel Martínez, y por último su ansiada medalla de oro individual en la modalidad de dual banked slalom. Hoy recibirá las medallas de oro. fue el que le tocó la fibra sensible: «Cuando ayer conseguí el oro, eso ya… Sí que no me lo creía».

En la final, tuvo que imponerse a la estadounidense Peggy Martin, de 58 años, aunque el mayor desafío se lo planteó Monika Kotzian, su principal rival, en las semifinales: «Era casi una final. Ella tenía mejor tiempo porque yo me caí en la ronda previa, partía con ventaja, pero di lo mejor de mi y gané. Con ella no hay tan buen rollo, porque la veo muy espabilada, y a mi estas personas no me terminan de llegar. Es maja pero sin más».

Antes de pelear por medallas mundiales de snowboard, antes de su interés por el deporte, Irati llevaba una vida «normalita». Con 20 años, estudiaba Trabajo Social en la universidad, y admite que «tampoco hacía nada del otro mundo». Paseaba con sus padres y sus perros, salía con amigos… Hasta que decidió irse a Chile para cursar allí el primer semestre del último año de la carrera.

«Al acabar las prácticas y los estudios, una amiga y yo decidimos hacer un viaje con el poco dinero que nos quedaba, el plan era ir a la playa y dormir allí, ir subiendo hasta el día de vuelta a España». Un plan de despedida perfecto, que sufrió un giro dramático de los acontecimientos: «No llegamos a la primera playa».

Irati fue víctima de un accidente de tráfico en el que el bus donde viajaba volcó tras una colisión: «Del accidente no recuerdo nada. Iba dormida, ocurrió, y después ya me desperté en el hospital, muy medicada y con muchas heridas, con el brazo fatal».

«Vinieron mis padres desde España, porque les avisaron con mi móvil, y cuando les vi les dije ¿Qué hacéis aquí? Si yo estoy bien… pero no estaba bien». A los 12 días del accidente, la amputación del brazo fue inevitable, a pesar de haber intentado conservarlo como ella misma quería.

Un mes después, ya en casa, empezaba un proceso de rehabilitación complejo y prolongado: «La compensación del cuerpo es compleja cuando te cortan un brazo, pierdes peso en un lado, tienes que hacer mucho ejercicio, pero tengo muy buen equilibrio y no tuve problema».

A nivel psicológico «fue muy complicado asimilarlo todo» para Irati: «Mi madre estuvo mucho tiempo conmigo