En defensa de la familia
La familia es el pilar básico sobre el que se sustenta la sociedad. La familia representa la libertad, la comprensión, el apoyo incondicional y el cuidado básico.
Es ese espacio imposible de controlar por un Estado, por el Gobierno. Por esto, es tan fuertemente atacada por la izquierda, porque es la trinchera de la resistencia frente el voraz intervencionismo que promulgan.
Últimamente, cuando se habla de familia en España, además, aparece ligado un concepto a la misma: la conciliación. Hoy en día la vida va a un ritmo acelerado, con largas jornadas que, muchas veces, impiden a los padres llegar a todo. Es mandato obligatorio de todas las instituciones desarrollar políticas públicas en favor de las familias, de su conciliación y de su tiempo de calidad. Por ejemplo, si de algo estoy orgullosa es de haber ideado que Fuenlabrada tuviera un sello de Empresa Amiga de la
Familia, que distingue a los comercios locales que fomentan la conciliación familiar y que implementan medidas de apoyo a la familia.
También, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso cree en la familia y ha puesto en marcha un ambicioso Plan de Natalidad, con más de 80 medidas enfocadas a incentivar a las familias a que tengan más hijos. Muchas de esas medidas están, precisamente, enfocadas en favorecer la conciliación como, por ejemplo, la ampliación de la Tarifa Plana para las mujeres autónomas que se reincorporan a su actividad tras la maternidad, o la reducción de la cuota empresarial de la Seguridad Social de los trabajadores que se incorporen a su empresa tras el permiso de maternidad o paternidad. Es fundamental crear el ecosistema necesario para que nadie tenga que elegir entre formar una familia o desarrollarse profesionalmente.
En un momento como el actual, donde se criminaliza el tener hijos porque, según algunos, «contamina y es insolidario», es verdaderamente revolucionario apostar por la familia y elaborar políticas para su protección. La familia es el salvavidas en este mar revuelto que es la vida. Defendámosla. ●