Rusia advierte de «contramedidas» tras el ingreso de Finlandia en la OTAN
La bandera finlandesa ondea ya en la sede de la OTAN. Junto a ella, la rosa de los vientos y los treinta estandartes que conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Finlandia es desde ayer el aliado número 31. El acto, celebrado en Bruselas, estuvo encabezado por el presidente finlandés, Sauli Ninisto, y el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. «No queremos que otros nos digan lo que podemos y no podemos hacer», dijo el presidente. Durante la ceremonia, cargada de simbolismo al producirse en el 74 aniversario del Tratado de Washington con el que se fundó la organización militar, se insistió en cómo la agresión rusa a Ucrania ha servido de catalizador para esta rápida adhesión. A miles de kilómetros, el Kremlin observaba que lo que buscaba evitar a toda costa invadiendo
Ucrania había terminando por hacerse realidad: que uno de sus países vecinos se adhiriera a la OTAN. Rusia alertó ayer de que esta decisión generará contramedidas, ante lo que consideran un «asalto» a su seguridad.
El ingreso formal se produjo después de que el ministro finlandés de Exteriores, Pekka Haavisto, entregase su documento de acceso al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. La entrada de Finlandia en la Alianza ha sido la más rápida en la historia moderna de la organización, recordó Stoltenberg ante la prensa. En el primer acto como miembro de la OTAN, el presidente finlandés pidió que la entrada de Suecia se produzca lo antes posible.
Mientras los actos oficiales y reuniones entre la OTAN y Finlandia se sucedían para cerrar los últimos flecos, el Ministerio de Exteriores ruso afirmaba que Helsinki estaba sacrificando de forma definitiva su identidad e independencia. «La política de no alineación militar seguida hasta ahora ha servido durante mucho tiempo a los intereses nacionales de Finlandia y ha sido uno de los factores importantes para asegurar la confianza en la región del mar Báltico y en el continente europeo en su conjunto», dijo en un comunicado.
La nota agrega que la adhesión a la OTAN tendrá sin falta un impacto negativo sobre las relaciones ruso-finlandesas. Este lunes, el viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushko, afirmó que Rusia responderá al ingreso de Finlandia a la OTAN fortaleciendo su potencial militar en su frontera occidental y noroccidental.
En el mismo sentido, el portavoz de la Presidencia rusa,
Dmitri Peskov, reconoció ayer que «esto les obliga a tomar contramedidas para garantizar la seguridad de Rusia» y que actuarán en función de cómo la OTAN «explote el territorio» finlandés y si despliega su infraestructura cerca de la frontera.
Sobre esta cuestión se refirió el secretario general de la OTAN, que aseguró ayer que Finlandia y la Alianza no han discutido por el momento el despliegue de tropas aliadas en el país escandinavo. La OTAN tiene batallones de combate multinacionales
en todos los países del frente oriental: Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría y Bulgaria. Algunos de estos Estados hacen frontera con Rusia.
Al ser preguntado por esta opción, Stoltenberg recordó que eso «es una decisión finlandesa. No habría tropas de la OTAN sin su consentimiento, en muchos países hay ejercicios, presencia naval y aérea pero no hay bases permanentes».
Según Peskov, la ampliación de la Alianza Atlántica «atenta contra la seguridad» y los «intereses de Rusia». Es por ello que Moscú reconoció que tomará las medidas necesarias para garantizar su seguridad en el plano «táctico y estratégico». Pese a ello, el Kremlin dijo que el caso de Finlandia es diferente al de las aspiraciones de Ucrania de ingresar en el bloque euroatlántico. «La situación con Finlandia dista radicalmente de la de Ucrania», indicó Peskov, que aseguró que «Finlandia nunca ha sido antirusa y no ha habido litigios» con Helsinki. ●