20 Minutos Madrid

Mario Garcés Gramática parda del feminismo

- Mario Garcés es ex secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad

Ya sea por el viento ra- cheado del Moncayo o ya sea por el sulfu- ro de los Monegros, Aragón ha sido y es tierra de grandes filó- logos. Si viviera el zaragoza- no Lázaro Carreter, discípulo de Dámaso Alonso e insigne Director de la Real Academia Española (1992-1998), hoy cumpliría cien años. Quizá muy pocos sepan que fue au- tor de la comedia teatral La ciudad no es para mí, que sería llevada al cine por Pedro Lazaga (1965) e interpreta­da por otro aragonés ilustre como Pa- co Martínez Soria.

Fue, este último, el vivo retra- to del humor tardofranq­uista, la risa debida a toda una generación de españoles a los que la postguerra había prohibi- do reír, apesadumbr­ados por el luto de los muertos de los que no se podía hablar. Como lo fueron Lina Morgan y Ra- faela Aparicio, entre otras. Cuando en 2015 aprobé sendos sellos filatélico­s a Martínez So- ria y a Morgan, quise pagar hu- mildemente una parte de esa terapia en blanco y negro de tardes de sábado y viudas con delantal que escapaban de su rutina de empleadas de su propio hogar.

En el Ministerio de Igualdad, nadie les hará un homenaje. Ni falta que les hace. Como tampoco reconocerá­n el magisterio de Lázaro Carreter, que hoy se estremecer­ía en su tumba en Magallón si escuchase hablar a Montero y a sus amigas de reparto ministeria­l. Comencemos por el concepto «violencia de género». La violencia, tal como es definida jurídicame­nte, es realmente una violencia de sexo, hombre contra mujer, y no de género.

Entonces, ¿de dónde procede este error lingüístic­o aberrante? En Pekín, en 1995, la comunidad internacio­nal acuñó la noción «violence of gender». «Gender» en inglés es sexo, pero no hubo ningún purista hispanohab­lante de la lengua que no cayera en el error que infaliblem­ente se ha esparcido hasta nuestros días. Así fue como «gender» se acabó traduciend­o devotament­e como «género», para mayor gloria del feminismo políglota.

Un error que en honor a la verdad no cometen en el Ministerio de Igualdad es el de distinguir entre homosexual­es y lesbianas. Pues bien, el atributo de «homosexual» no tiene que ver con el homo latino (hombre), sino con el griego homos (igual), de modo que incluye a hombres y mujeres. Habrá que reservar para los hombres el vocablo gay y para las mujeres el término ‘lesbianas’. Lázaro Carreter distinguía entre el homosexual que no sale del armario y el que ha salido, expresión que, por cierto, es una traducción literal del inglés americano «coming out of the closet». En fin, cada comunidad, hetero u homo, tiene sus jergas, que están vivas y evoluciona­n. Pero haríamos bien en no malgastar nuestras energías en malbaratar nuestro idioma, máxime si se hace al servicio de alguna causa espuria. Al menos, hablad bien. ●

La violencia, tal como es definida jurídicame­nte, es una violencia de sexo, hombre contra mujer

Haríamos bien en no malgastar nuestras energías en malbaratar nuestro idioma

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain