De la primavera al otoño
Estamos en el día 454 desde que se inició la guerra de Ucrania. De lo particular a lo general, parece que, finalmente, el perímetro completo de la ciudad de Bajmut ha caído en manos del Ejército ruso y la ciudad ha sido conquistada. No obstante, en los flancos sur y norte de ese perímetro se registran contraataques locales del Ejército ucraniano con éxito limitado, así que la situación dista de estar controlada y seguimos sumidos en la niebla de la guerra aderezada, en este caso, con mucha guerra de la información.
Se suceden igualmente las acciones en profundidad. Por parte rusa, con ataques de misiles balísticos, de crucero y drones sobre lo que se informa como infraestructuras militares,
depósitos logísticos y centros de mando y control. Por parte ucraniana, más de lo mismo, con la salvedad de acciones de sabotaje sobre líneas férreas y de energía (eléctrica, gas y petróleo) tanto en la retaguardia de las zonas ocupadas como sobre territorio soberano ruso.
Más allá, se ha constituido una alianza de países liderados por el Reino Unido que aboga por la entrega de aviones de cuarta generación a Ucrania, comprometiéndose a la formación de los pilotos, los técnicos de mantenimiento y del personal de tierra que efectuará el control de misión de esos aparatos. Estados Unidos –fabricante de los F-16– ha accedido por
primera vez a la formación de pilotos en ese modelo de avión y a su transferencia a Ucrania desde los países donantes, que son Dinamar- ca, Noruega, Países Bajos y Bélgica.
El tiempo para emplear esos aparatos en combate sobre Ucrania no es en ningún caso inferior a los cuatro meses para formación de pilotos, adecuación de infraestructuras (longitud de pistas, refugios antiexplosión para los aparatos y escalonamiento del mantenimiento), entrega de los aparatos y su armamento y, finalmente, la práctica en la coordinación del espacio aéreo con su defensa aérea (evitar fuego amigo). Por este camino, vamos hacia el otoño más que hacia el verano.
Abriendo el foco vemos una inusitada actividad del presidente Zelenski, que en la misma semana se ha presentado en la cumbre de países de la Liga Árabe en Jeddah (Arabia Saudita) y en la del G7 en Hiroshima (Japón), reuniéndose entre ambas con 40 líderes de diferentes Estados. En el primer caso, buscando la condena de aquellos países que son renuentes a pronunciarse a favor de Ucrania y en contra de la invasión; y en el segundo, para conseguir más implicación económica, más sanciones y más material militar sofisticado «para estar más cerca de alcanzar la paz», según sus propias palabras.
Por último, una reflexión acerca del significado de alcanzar la paz. Existe la