20 Minutos Madrid

Martín Caparrós «La Historia te muestra que cada vez vivimos mejor»

El cronista argentino presenta su nuevo libro, ‘El mundo entonces. Una historia del presente’, publicado por la editoral Random House

- GALO MARTÍN APARICIO cultura@20minutos.es / @20m Por Cristina G.ª Ramos

Ha estado, mirado y escuchado tanto que se volvió invisible. Hasta hace poco tiempo su vida eran dos mitades que se mezclaban: viajar y escribir. Desde hace casi dos años Martín Caparrós padece una enfermedad neurológic­a que le impide caminar con facilidad. Ahora que se mueve menos dice que su venganza es contra su editor, quien no para de recibir libros suyos porque no hace más que escribir. Actividad que realiza desde su silla de ruedas ante el escritorio que tiene habilitado en el salón de su casa en la sierra madrileña. Un rincón muy luminoso con unas vistas verdes y montañosas. Sus crónicas, al igual que las películas del cineasta Ken Loach, son un megáfono para sus protagonis­tas. Personas sin voz, pobres, desfavorec­idas y marginadas; gente sobre la que se ha escrito mucho y se ha hecho menos por mejorar su situación y condición. En su nuevo libro, El mundo entonces. Una historia del presente (Random House), se puede leer: «La historia de la humanidad es la historia de cómo ciertas personas consiguier­on que otras trabajaran para ellas».

¿Cómo gestiona sus emociones a la hora de escribir sobre quienes escribe?

A los pocos ejemplos de gente que conozco que ha escrito sobre ricos les pasa lo contrario que cuando escribes sobre gente pobre; en lugar de sufrir, se identifica­n y terminan medio prendados de los tipos sobre los que escriben.

¿Cómo describe su libro?

Un manual de historia escrito por una historiado­ra que mira un mundo del que le separan 100 años. Una buena excusa narrativa para dar ese paso atrás que la Historia permite para ver con más claridad, distancia y visión de conjunto el mundo en el que vivimos. Un libro que pone en contexto el mundo, con datos, para entender lo que nos pasa más allá de esa locura cotidiana.

Hablando de ricos, en la lista Forbes no aparecen los narcotrafi­cantes, los fabricante­s de armas, los gobernante­s y los CEO de las farmacéuti­cas. Y tampoco mujeres. ¿Con qué se queda de esta lista?

De esta especie de cuadro de honor en realidad lo único que deberíamos tener en cuenta de esta gente es que se quedan con unas sumas inverosími­les de dinero y que tantos millones de personas en el mundo necesitan para comer todos los días. Se calcula que las empresas norteameri­canas pagan 100.000 millones de dólares de impuestos menos de lo que deberían cada año. Con ese dinero se podría erradicar el hambre en el mundo en diez años, según la FAO. Sin embargo, siguen arreglándo­selas para no pagar impuestos porque los gobiernos se imponen a estos superricos y el resto del mundo miramos a otro lado. Hace falta una reformulac­ión y formas de conducción supranacio­nales que estén en condicione­s de hablar de igual a igual con esas empresas.

A mí lo que me gustaría es que existiera una forma moral de la economía. Una economía donde todos tengan lo que necesitan y nadie tenga mucho más. El problema es que no hemos encontrado un sistema político que pueda sustentar esta forma moral de la economía; las que se intentaron, fracasaron, acabaron en dictadura.

¿Y qué sugiere? ¿Por qué el capitalism­o, por el contrario, sí se sostiene?

La mayoría de las cosas que hacemos tienen una sola condición ineludible y es que la practiquem­os pocos. Es decir, que seamos pocos los que vivamos como lo hacemos nosotros. Si todos quisieran vivir como lo hacemos nosotros, no alcanzaría. Si todo el mundo quisiera comer proteínas animales todos los días, no habría manera de hacerlo. Somos 1.000 millones los que lo hacemos, frente a unos 6.000 millones que no lo hacen. Por ejemplo, hace 50 años cada chino consumía 5 kg de carne por persona al año; ahora alrededor de 50 kg. El consumo se ha multiplica­do por 10. Ahora pueden porque tienen dinero. Esto desequilib­ra el mercado mundial. Por el contrario, en Argentina los hay que pasan hambre porque ya no se produce para que coman los argentinos, sino para exportar soja para que coman los animales, los cerdos que se comen los chinos.

¿Qué significa esa apertura china al capitalism­o y al mundo?

Se hace necesario que la Edad Contemporá­nea –que no significa nada– se llame de otra forma, por ejemplo, Edad Occidental, porque Occidente se impuso en todo el mundo en todos los aspectos durante unos tres siglos. Pero eso se está acabando por el avance chino, con dos matices. Por un lado, dicho avance se da con modelos occidental­es, algo

Martín Caparrós Random House, 2023 432 páginas. 22,90€ que se puede ver en la arquitectu­ra y en la estructura del Partido Comunista chino, por poner dos ejemplos, y por el otro, tienen un poder incomparab­le: su población. Durante el aislamient­o chino, Occidente ha recurrido a la explotació­n de los recursos naturales de África, Latinoamér­ica y Oriente Medio. Ahora China entiende que en un mundo globalizad­o la única forma de ser una potencia es siendo una potencia global. Por eso han comprado la mitad de África y dos tercios de América Latina. Tienen que estar presentes en el mundo para reafirmar su voluntad de poder. Ahí empieza la Edad Oriental.

¿Es optimista cuando piensa en el futuro?

Lo soy a medio plazo. Porque estudié Historia y la Historia te muestra, en general, que vamos viviendo cada vez mejor. La esperanza media promedio de vida ahora es 23 años mayor que en los últimos 70 años… Hay una frase de Borges que dice, «Le tocaron, como a todos los hombres, tiempos difíciles en los que vivir». ●

La cuestión de la edad se ha convertido en el debate de las primarias de los Estados Unidos. Un par de lapsus de memoria de Biden en público –no es la primera vez– han hecho saltar las alarmas, a lo que se ha sumado un informe del fiscal Hur que siembra dudas sobre su capacidad cognitiva para asumir el mandato.

En la Casa Blanca han descartado ese problema y aseguran que el presidente goza de buena salud. Trump y sus seguidores, sin duda, sacarán provecho para el caso bastante probable de tener que enfrentars­e con él en noviembre. Tampoco Trump con sus casi 78 años puede presumir de jovencito. Si logran ganar la próxima legislatur­a, cualquiera acabaría abandonand­o el poder en enero de 2029 con el récord de haber sido el presidente más viejo en la Casa Blanca.

En España no nos gustan los viejos en el trabajo. Llevamos años apostando por las prejubilac­iones a edades tempranas y, a día de hoy, solo un 10% de las personas de 60 a 64 años trabajan; una cifra que nos aleja del resto de la Unión Europea, que duplica la tasa de empleo en esa franja de edad.

Los prejubilad­os reciben con diferente talante la noticia de que, a partir de ahora, el despertado­r ya no marca el ritmo de sus vidas. Y, aunque los días de vacaciones se multiplica­n y los viajes del Imserso animan, quieren seguir aportando algo a la sociedad con sus conocimien­tos. La búsqueda de soluciones a este dilema en una población cada día más envejecida se hace necesaria. ●

«No hemos encontrado un sistema político que pueda sustentar una forma moral de la economía»

«Solo 1.000 millones de personas comemos proteínas frente a 6.000 millones que no lo hacen»

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