Pablo Rivero «Cuando cumples una edad, te intentan sacar los ojos»
El novelista e intérprete pone el foco en los problemas que atraviesan las personas mayores en su nuevo ‘thriller’, titulado ‘La matriarca’
NORA G. FORNÉS
Pablo Rivero (Madrid, 1980) espera con su equipaje en un hotel de la estación de Chamartín, en Madrid. La entrevista es a las 15.00 h y en una hora y media su tren sale a Valladolid, donde sigue la gira de presentación de su nueva novela, La matriarca (Editorial Suma).
El actor y novelista, conocido por interpretar a Toni Alcántara en la serie Cuéntame cómo pasó, idea un thriller turbulento a la vez que profundiza en la vida de las personas mayores, y toca temas tan vigentes como la soledad no deseada, la exclusión social, la brecha digital y la sobreexposición de los mayores en las redes sociales. A pesar del poco tiempo del que dispone, se explaya en cada pregunta con entrega.
Ya va por su sexta novela, ¿de dónde le nace esa vocación por la escritura? Siempre la tuve. Recuerdo que en la ruta del colegio iba improvisando historias. De adolescente escribía relatos y diálogos que interpretaba. También me divertía mucho metiendo miedo a mis amigos, inventando historias de terror. Este es mi mundo y he tenido la suerte de que, lo que hacía como un juego desde niño, se convirtiera en mi trabajo.
¿Recuerda alguna obra que le influyera especialmente?
La metamorfosis, de Kafka, y Twin Peaks, de David Lynch, junto con el cine de catástrofes y de terror, fueron las obras que más me marcaron de adolescente. Me solía obsesionar con películas o libros y con mundos de ficción que luego desarrollaba, especialmente de género negro.
Aparte, me crié en los noventa, en el momento de Alcàsser, los crímenes de la baraja… Vivíamos en una atmósfera en la que toda una generación crecimos pensando que cualquier día nos podía pasar algo así.
En La matriarca el foco está puesto en la tercera edad. ¿Por qué decidió escribir sobre personas mayores? Al final son los temas los que me escogen a mí. Últimamente he notado que me he ido haciendo mayor. Cuando eso pasa, tienes más conciencia de la muerte, del paso del tiempo, mis padres se van haciendo más mayores y hay algo nostálgico que se te despierta. Por otra parte, empecé a recibir muchos intentos de fraude, llamadas en las que me colgaban, mensajes con links, las aplicaciones de los bancos… Y me di cuenta de que, si esto me pasaba a mí, ¿qué no les pasaría a mis padres con la brecha digital?
¿El personaje de Felicidad, la matriarca que da título a la novela, está inspirado en alguien real?
Feli es un homenaje a mi abuela, que se llamaba igual. Yo añado, como guiño, que se parece mucho a Angela Lansbury, de la serie Se ha escrito un crimen, porque mi abuela se parecía a esa actriz. Pero también me inspiro en mi madre, una mujer muy reivindicativa que siempre ha llevado las riendas de la familia y de varios negocios. Hablando con ella me he dado cuenta de que, por muy eficaz y muy resolutivo que seas, si todo a tu alrededor se modifica y no te educan para adaptarte, tu vida se convierte, entre comillas, en un thriller. Cuando cumples una determinada edad te intentan sacar los ojos por todos lados.
Hay una frase en el libro que usted utiliza para describir a Felicidad, que dice: «Pertenece a una generación de mujeres que ha sido educada para eso [trabajar] y no sabe disfrutar sin sentirse culpable».
Eso es algo que muchos hijos, y yo me incluyo, dicen de sus madres: «Es que mi madre necesita estar activa». Y yo me pregunto: ¿hasta qué punto ella lo necesita y hasta qué punto es algo que le han inculcado? Ocuparse de sus hijos, de su casa, incluso si trabajaban fuera, es algo que se impuso a una generación de mujeres que parece que tienen que estar siempre al servicio de su familia. Creo que los hijos deberíamos enseñarles a descansar, a darse un masaje o a irse un balneario unos días.
También visibiliza las condiciones de los inmigrantes en España en su novela.
«De adolescente escribía relatos y diálogos. Y metía miedo a mis amigos con historias de terror»
En mi casa trabaja una mujer boliviana y he querido hacerle un homenaje, dando voz a muchas mujeres en su situación, que limpian nuestras casas o los hospitales, y a las que prestamos poca atención. Estas señoras dejan sus vidas superjóvenes y se matan a trabajar en sociedades que no tienen nada que ver con las suyas. Son supervivientes.
«Ocuparse de su casa, incluso si trabajaban fuera, se impuso a una generación de mujeres»
«Al final, cada uno lucha por sus intereses en la vida. Por eso imagino personajes afilados»
Llama la atención que todos los personajes, incluso los que en un principio parecen los buenos, tienen un lado oscuro. ¿Cree que todos somos malos?
Sí, creo que todo ser humano tiene una parte de maldad. Al final, cada uno lucha por sus intereses en la vida. Por eso imagino personajes afilados, ambiguos, de los que no te puedes fiar, como David Lynch hacía en Twin Peaks.●
Huesca a una visita al banco de alimentos debido a su ingreso hospitalario.
Doña Sofía tuvo su última aparición pública hace ahora justo una semana, en el funeral de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo, en el que también estuvieron presentes los Reyes; el rey emérito y las infantas Elena y Cristina, además de otros familiares. El sábado anterior, asistió al convite de la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Teresa Urquijo.
No constan otros ingresos hospitalarios de doña Sofía, quien ha gozado habitualmente de buena salud. ●