Stoltenberg admite demoras en la entrega de ayuda a Ucrania
Volodímir Zelenski no quiere que el mundo se olvide de Ucrania y la OTAN pretende colaborar en ese mensaje. Así, el presidente ucraniano recibió ayer en Kiev al secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que mantiene su idea, todavía poco madura, de aprobar un fondo de 100.000 millones de euros para responder a largo plazo a la invasión rusa. «La situación es difícil, pero no es demasiado tarde para que prevalezca Ucrania y hay más apoyo en camino», señaló el dirigente noruego, quien reconoció «ser consciente» de las «consecuencias graves en el campo de batalla» que han tenido «los graves retrasos en el apoyo».
«La OTAN también está dando un paso adelante a largo plazo, poniendo a Ucrania en un camino irreversible hacia la Alianza», sentenció un Stoltenberg
que está en sus últimos meses como líder de la organización, y será, si nada cambia, reemplazado por el ex primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte.
La propuesta del fondo salió de boca del propio Stoltenberg este mes, coincidiendo precisamente con el 75 aniversario de la OTAN. Avanzan en ella, pero sigue verde. «No voy a entrar en los detalles de la propuesta, pero los aliados están de acuerdo en que tenemos que mantener el apoyo a Ucrania para que sea más robusto», apuntó en un primer momento el noruego, que quiere «fórmulas más robustas» para tener «un marco de ayuda más predecible» tanto para Kiev como para la propia Alianza: «Cuanto antes convenzamos a Moscú de que no pueden ganar, antes podremos llegar a un acuerdo de paz».
Zelenski celebró como un buen paso la visita de Stoltenberg. «Ucrania y la Alianza han alcanzado el nivel más alto de relaciones desde nuestra independencia, pero no el más alto posible», apuntó el ucraniano. ●
subsumido en el de seguridad europea. El único foro adecuado para decidir esos extremos es el Consejo Europeo, formado por los jefes de Estado y presidentes de Gobierno, y única instancia capaz de dar el necesario impulso a la renovación de la Unión.
Entretanto, cabría preguntar a nuestros gobernantes y representantes, como hizo Cicerón a Catilina: