Drones, GPS y cámaras velarán por la seguridad de los romeros
La Junta activará el próximo lunes el Plan Romero de este año, que contará con más de 6.600 efectivos, 400 del Infoca
Todo está ya preparado para que la próxima semana comience el camino del Rocío, en el que miles de peregrinos se trasladarán desde diferentes provincias andaluzas hasta la aldea almonteña, un recorrido que vigilarán más de 6.600 efectivos para garantizar la seguridad de los romeros. La Junta activará el lunes 22 el Plan Romero 2023 en los caminos de Sevilla, Cádiz y Huelva, que estará activo hasta el 1 de junio, en la que será la edición «con más avances tecnológicos» en sus 39 años de historia.
Y es que el dispositivo, presentado ayer por el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, contará por primera vez con el sistema EsAlert, conocido como 112 inverso, que permite que los móviles de los romeros reciban mensajes con avisos en caso de que se produzca alguna emergencia. Además, el Ejecutivo andaluz incorporará este año, a modo de prueba piloto, medio centenar de dispositivos de la futura Red de Radio de Emergencias
de la Junta, la «red de radio digital más importante de su clase no solo de España, sino de Europa».
El Plan Romero contará igualmente con el uso de drones en zonas de especial concentración, como el Vado del Quema, el Charco en la Rocina o el acceso a la aldea por los Tarajales y la Carretera de las Fresas, así como con 127 dispositivos GPS que permitirán el seguimiento de las hermandades; y, como novedad, cámaras de control de aforo y análisis de flujos de personas.
«El de este año será el Plan Romero con más avances tecnológicos en sus 39 años de historia»
ANTONIO SANZ
Consejero de la Presidencia
El Quema, sin agua
Lo que no habrá finalmente este año es agua en el Vado del Quema –paso obligado para más de 60 corporaciones donde se celebran tradicionalmente los bautismos de los peregrinos–. Así lo ha deter
minado la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que ha programado para el 29 de mayo, después del Rocío, el desembalse ordinario de 2,35 hectómetros cúbicos de agua del río Agrio,
«atendiendo así a la petición formulada por los regantes». Estos, según el organismo estatal, han esgrimido que el elevado caudal de agua que se generará en un corto espacio de tiempo en el Vado daría lugar
a una «situación de inseguridad para los peregrinos». Cabe recordar que las hermandades se habían mostrado contrarias, por la situación de sequía, a un desembalse específico para ellos.