Verano en Fráncfort: festivales, ‘rooftops’ y el río Meno
Fráncfort es la capital más internacional de Alemania y uno de los centros financieros más importantes del mundo, pero guarda otras esencias que la hacen muy atractiva para una visita en verano
En los meses de verano, Fráncfort es una sucesión de festivales y de vitalidad, con espectaculares terrazas en las azoteas de sus edificios emblemáticos y opciones de disfrutar junto o dentro del río de las noches bañadas por su impresionante skyline. No hay que dejar de compartir con los lugareños las zonas verdes junto al río Meno, tomarse un café en un local o un quiosco de los de antaño, salir de museos a orillas del río y probar la sidra Apfelwein acompañada de una buena comida en una taberna clásica.
La gastronomía será una de las sorpresas –aquí no solo se comen las famosas salchichas– y la animada vida de festivales y de las terrazas en los tejados, los rooftops, será otra. Porque en verano la vida en Fráncfort del Meno transcurre al aire libre, con música en directo, bajo la sombra de los árboles, junto al río, en el agua, con una bebida refrescante en una tumbona o dándose un chapuzón.
Para los viajeros más urbanitas, Fráncfort lo tiene todo: fiesta, relax, diversidad cultural y un skyline único en Alemania, realmente impresionante. Un buen consejo es relacionarse con los locales, abusar de su hospitalidad y disfrutar con ellos en una de las ciudades más vibrantes del continente europeo.
FESTIVALES Y CELEBRACIONES
Hay un festival o una celebración en Fráncfort casi todas las semanas del verano. La Opernplatzfest (del 21 al 30 de junio) es una fiesta para el paladar, con cocina internacional y un programa escénico que va desde el jazz hasta el pop.
Del 11 al 20 de agosto, se celebra un festival en torno a la bebida más popular allí: el Apfelweinfestival. La Apfelwein es la sidra típica de esta ciudad, que se puede puede tomar a modo de pinta o mezclada como un refrescante cóctel de verano. La bebida se acompaña en este festival de otras deliciosas especialidades regionales.
Pero el punto culminante de la temporada es el Museumsuferfest, uno de los festivales de arte y cultura más grandes de Europa. Tiene lugar el último fin de semana de agosto (este año, del 25 al 27) cuando los museos abren sus puertas hasta altas horas de la noche. Durante esas jornadas, numerosos puestos a lo largo del Museumsufer ofrecen artesanía y complementos y hay un variado programa escénico, así como la posibilidad de degustar delicias culinarias procedentes de todo el mundo.
Por su parte, el Festival Internacional Sommerwerft (del 21 de julio al 6 de agosto) es más urbano, alternativo y multicultural. Espectáculos, danza, arte, cultura y teatro se dan cita en su programación, que es de libre acceso y se celebra durante 17 días en pleno corazón de Fráncfort, en el astillero Weseler.
‘CHILL OUT’ EN EL RÍO MENO
A veces, para que el corazón lata más deprisa y el espíritu se anime todo lo que se necesita son unos bancos de madera, un poco de sidra, cerveza o vino y unos deliciosos bocadillos. En Fráncfort las orillas del río Meno ofrecen lugares estupendos donde relajarse. En el Maincafé, en la orilla sur del Meno, los locales se reúnen para contemplar desde primera fila la mejor vista del skyline de la ciudad.
Si prefiere relajarse en el agua, puede subir a bordo de uno de los muchos gastrobarcos que habitan el río. Unos de ellos es el Yachtklub, que ancla en Sachsenhäuser Ufer desde principios de mayo hasta finales de septiembre, enfilado hacia los rascacielos. Además de fiestas los fines de semana, conciertos de forma regular y un programa cultural variado, el Yachtklub también ofrece un lugar al sol donde disfrutar de tapas y tartas caseras, y de su bar. Un oasis acogedor y colorido en medio del ajetreo y el bullicio de Fráncfort que invita a quedarse, relajarse y divertirse.
Otra opción es el Freigut: ¿qué puede ser mejor que ver la puesta de sol sobre el skyline de Fráncfort con una bebida fría en la mano? ¿O pasar el día con amigos en el agua, en un ambiente marítimo relajado, con una brisa fresca en la cara? O el Bootshaus Frau Rauscher, la sucursal frente al río del famoso restaurante Sachsenhausen y que ofrece también la sidra y las delicias típicas de esta ciudad.
Todos los jueves y viernes, desde mayo hasta septiembre, hay también una diversión especial en el barco que zarpa con el lema After Work Sailing on the Main (18.30 y 19:30 horas, desde Eiserner Steg). Mientras que la cubierta inferior sirve comidas y bebidas acompañadas de música suave, los asistentes a la fiesta de la cubierta superior pueden bailar con los últimos éxitos o una mezcla de otros estilos. Un mini crucero de diversión con distintos ambientes y la romántica vista del skyline de la ciudad desde la barandilla del barco.
Y para aquellos que prefieren una experiencia más tranquila, el Skylight
Tour de una hora ofrece una vista impresionante del skyline de la ciudad desde el agua, especialmente espectacular después del anochecer, con todo iluminado.
LOS MEJORES ‘ROOFTOPS’
En agosto se celebra el Apfelweinfestival, dedicado a la sidra típica de la ciudad
Ya sea para una cerveza fría por la noche o un brunch, los bares en las azoteas son el mejor lugar en verano. El Gaia Fráncfort es la versión elegante de los rooftops, con un toque mediterráneo y una pequeña piscina. En el City Beach, por su parte, los visitantes se sienten como si estuvieran de vacaciones en la playa. Palmeras, tumbonas y dos piscinas crean un ambiente de costa desde donde se contempla el skyline del Mainhattan, el distrito comercial de la ciudad.
Muchos hoteles, como Ruby Louise, The Blasky y Gekko Haus tienen rooftops para disfrutar de bebidas, bocadillos y música. Uno de los más destacados es el NFT en el tejado del Nhow Hotel, el skybar más alto de Alemania, con vistas espectaculares y deliciosos cócteles. De paseo por las orillas del río Meno, el Hafenrestaurant Oosten es un buen lugar para detenerse a comer algo. Desde su magnífica terraza en la azotea, a la sombra del BCE, se contempla una espectacular puesta de sol.
Y como pista final, no deje de hacer una parada en alguna de las llamadas ‘cabañas de agua’. Estos icónicos quioscos, que antes proporcionaban agua potable, ahora se han transformado en un lugar de encuentro afterwork que transmite y condensa el alma urbana de Fráncfort.