SAFARIS POR ÁFRICA EL LADO SALVAJE DE LA VIDA
Pocos viajes hay tan emocionantes como el que proporciona un safari por las interminables llanuras o las selvas tropicales de África
Captar las imágenes más bellas, experimentar las sensaciones más fuertes y descubrir el lado más salvaje de la vida es sinónimo de safari, esa evocadora palabra que nuestro idioma ha tomado del suajili y que, aunque no la única, es una de las razones más sólidas para visitar y explorar las llanuras y las selvas del continente africano.
LA GRAN MIGRACIÓN EN EL MASÁI MARA
La más famosa reserva nacional de Kenia alberga una representación de la práctica totalidad de la fauna de África. De junio a octubre, además, tiene lugar uno de los más bellos espectáculos que ofrece la naturaleza: la migración de miles de animales salvajes que llegan desde el Parque
Nacional del Serengeti en busca de mejores pastos.
Hileras infinitas de herbívoros acechadas por ojos carnívoros que siguen sus pasos de cerca, escuadrones de buitres ansiosos por rebañar los cuerpos inertes y miles de ñus apelotonados en el río Mara ante las hambrientas fauces de los cocodrilos. Este solemne peregrinaje por la sabana, que hace sentir como en un documental, ocupa un puesto de honor entre las maravillas del mundo.
EN BUSCA DE LOS GORILAS EN UGANDA
Sumergirse en el verde lujurioso de la selva para contemplar, a solo unos pocos metros, a estas criaturas colosales es una de las experiencias que quedan para siempre grabadas en la memoria. Para ello hay que
viajar al impenetrable bosque Bwindi, en Uganda, también conocido como ‘el lugar de la oscuridad’ por las densidad de las copas de sus árboles.
Aquí pervive una de las mayores poblaciones de gorilas de montaña, algo menos de la mitad de los que quedan en todo el mundo puesto que esta especie está en peligro de extinción debido a la caza furtiva. Su encuentro está garantizado, además del de otros primates (como, por ejemplo, el mangabey de mejillas grises) y de explorar todo un repertorio de paisajes hermosos.
EL DELTA DEL OKAVANGO EN BOTSWANA
Ningún amante de la naturaleza salvaje debería perder la ocasión de conocer este lugar único en la Tierra: un delta formado por un río que, tras
más de mil kilómetros de serpenteante trayecto, no llega a morir al mar sino que se vierte en la inmensidad del desierto del Kalahari.
Por su rareza y por dejar a su paso uno de los ecosistemas más asombrosos del mundo, este paisaje de Botswana alcanza una dimensión mítica. Aquí donde el agua es la razón de ser en forma de lagunas, meandros y canales, la fauna cumple con sus corrientes migratorias en busca de una vegetación que también muda con cada temporada. En este destino sorprendente encontramos también la magia de Kubu Island, la isla de los baobabs.
LA ESENCIA DE LO INDÓMITO EN KRUGER
La sabana adormecida, con su desfile de fauna salvaje y sus atardeceres, es el telón de fondo
del más célebre parque nacional sudafricano, donde cobra vida la esencia de lo indómito. Sus casi dos millones de hectáreas no solo son un refugio para los cinco grandes (león, leopardo, búfalo del Cabo, elefante y rinoceronte) sino también para los guepardos, las jirafas, los hipopótamos, los ñúes y las hienas, entre otras especies representativas.
Además, su infraestructura de alojamiento resulta excelente en las reservas privadas fuera del parque –aunque conectadas con el mismo– o en hoteles que condensan el exotismo del continente negro con una estética evocadora del pasado colonial.
DESCUBRIR EL CRÁTER DEL NGORONGORO
Para muchos, este lugar situado en el norte de Tanzania es
el paisaje más impactante de África. Un antiguo volcán que fue cuna de los primeros humanos y hoy es reserva natural. No solo conforma un territorio pequeño en el que la fauna queda concentrada sino que, además, alberga en la garganta de Oldupai uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del continente. Eso y auténticos poblados masáis que conservan sus derechos de pastoreo en esta zona y a los que se puede ver tranquilamente dirigiendo sus rebaños.
Pero ninguna imagen es tan sobrecogedora como la del amanecer escalando por las crestas de este inmenso cráter, mientras se abren a la luz las interminables llanuras moteadas de pequeños lagos que devuelven una atmósfera verdeazulada.