20 Minutos Sevilla

«No todo vale, ni en la vida ni en la televisión»

El periodista y presentado­r regresó recienteme­nte a Telecinco con el exitoso ‘¡De viernes!’, que retoma el género del corazón en ‘prime time’

- ISRA ÁLVAREZ ialvarez@20minutos.es / @20m

A finales de noviembre se estrenaba con éxito en Telecinco ¡De Viernes!, un formato con Beatriz Archidona y Santi Acosta que retomaba el género del corazón en prime time, ofreciendo entrevista­s en profundida­d, exclusivas y colaborado­res de la crónica social.

Hoy mismo, el programa ofrece el testimonio de Gabriela Guillén y las pruebas definitiva­s que confirmarí­an su relación con Bertín Osborne, además de una entrevista con Álvaro Muñoz Escassi y María José Suárez. Hablamos con Santi Acosta sobre el formato, los límites en el mundo del corazón y la televisión.

¿Cuál cree que es el porqué de la buena acogida que tiene

¡De Viernes!? El volver a darle espacio en televisión a un grupo de famosos que hasta ahora estaban lejos de ella y lejos de Telecinco. Estamos intentando hacer un programa más amable, igualmente curioso e interesado en la vida de los famosos o centrado en su vida, pero con respeto y cariño por ellos.

¿Es difícil encontrar un famoso o una historia que no se haya contado ya?

Sí, pero pasó con Ángel Cristo, con Carlo Costanzia, con Gabriela Guillén... Hay muchas historias que se han contado, pero no desde el punto de vista del famoso. Y resulta que cuando él cuenta su historia, la perspectiv­a cambia por completo. El éxito de un programa de corazón, como el éxito del periodismo, es contar las historias de la gente y escuchar.

Se suele tender a menospreci­ar la informació­n que tiene que ver con el corazón como si no fuera periodismo, ¿es así?

Yo creo que sí es periodismo. Todo lo que es escuchar a la gente y contar historias es periodismo. Si además lo haces de una forma rigurosa, pues es periodismo aún más serio. Puede que si te vas al periodismo económico o político encuentres artículos y noticias mucho más arteras, tendencios­as o interesada­s.

Sus invitados cuentan cosas muy duras, ¿reprime usted las caras de sorpresa?

Pues no evito ninguna cara. Cuando entablas una conversaci­ón con alguien, el hecho de que lo que él cuenta a ti te afecte, demuestra empatía. Para estar a gusto con alguien necesitas que si estás contándole algo esa persona también tenga reacciones.

¿La tele que mejor funciona es la tele donde no hay impostura?

Yo creo que sí, que todo en la vida funciona mejor cuando es auténtico y la tele con emociones y con autenticid­ad, cuando te abres, le gusta mucho a la gente. La vida y la comunicaci­ón se basan en emociones.

¿Qué es lo más complicado de un programa como ¡De viernes!?

Lo más difícil es sentar al famoso que tú quieres sentar, porque todos estamos aquí por un precio y todos cobramos, el presentado­r, la cadena, el famoso... pero no todo el mundo siente que va a estar a gusto. Necesitamo­s que el invitado esté a gusto y para eso hay que convencerl­o y demostrárs­elo. ¿Es más difícil encontrar historias o descartar porque hay muchas?

A mí me gustan todas las historias. Me da igual que sea un albañil o que sea el rey. La cuestión es acertar con la historia que le va a gustar a la mayoría del público.

¿Se siente cómodo en ese método o preferiría algo más de ciencia cierta?

En la tele puedes tener el mejor programa del mundo y que no funcione. Pero luego traes a un invitado y al día siguiente tiene audiencia y te reconcilia­s con tu profesión.

¿Cuál es el límite que podrían pagar por una exclusiva y en cuál lo invertiría?

20 millones de euros seguro que no se puede (risas). En quién invertirlo… no sabría decirte. Me gustaría Ana Obregón, que creo que tiene una historia fantástica si de verdad la cuenta, si se abre, si se encuentra a gusto...

«A mí me gustan todas las historias, da igual si es la de un albañil o es una sobre el rey»

«Las redes sociales nos han movido a tener un ritmo diferente en la televisión»

¿Cuánto ha cambiado la tele desde Salsa Rosa? La esencia es la misma, que son las historias. Ha cambiado el ritmo. Al final las redes sociales nos han movido a todos a tener un ritmo diferente. El mundo del paparazzi también ha cambiado. Los niños antes salían en las portadas y en la televisión y les metían el micrófono y hoy en día nos escandaliz­aría y diríamos «esto no se debe hacer».

No todo vale por una exclusiva o por un dato de audiencia... No todo vale en la vida ni en el periodismo ni en la televisión ni por conseguir un dato de audiencia, al menos para nosotros. Se ha hecho mucho daño en la tele a mucha gente, hasta ahí voy a leer.

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