20 Minutos Sevilla

Ana Redondo «El negacionis­mo machista mata»

La ministra de Igualdad recibe a 20minutos menos de tres meses después de su designació­n. Toma el relevo de Irene Montero tras la aprobación de leyes tan importante­s como la reforma del aborto, la del ‘solo sí es sí’ o la ‘ley trans’, que ahora tendrá que

- ELENA OMEDES elena.omedes@20minutos.es / @ElenaOmede­s

Este año volverá a haber dos marchas por el 8-M en Madrid. ¿A cuál irá usted?

Lo importante no es cuántas marchas haya, sino que haya muchas mujeres en la calle. Yo iré con la pancarta de mi partido, que tradiciona­lmente ha ido con la manifestac­ión de la Comisión 8-M. Pero me siento muy próxima a todas las manifestac­iones, porque creo que en algún momento de ese día todas vamos a gritar y a sentir lo mismo.

Entonces, ¿no se plantea como prioridad eliminar esta brecha en el feminismo?

Creo que la brecha se irá cerrando y nos iremos aproximand­o en los grandes debates. El problema no está dentro del movimiento, está en el negacionis­mo. Eso nos tiene que hacer reflexiona­r, y decir que nuestros derechos no se tocan.

En su nombramien­to la calificaro­n como un perfil bajo y más conciliado­r que el de Irene Montero. ¿Se ve usted así?

No entiendo lo del perfil bajo. Cada una tenemos nuestro perfil. Yo tengo un perfil de una universita­ria que se incorpora a la política en responsabi­lidades municipali­stas. Si ese es un perfil bajo, a mí no me lo parece. Me parece un perfil muy pegado a la realidad, que va a dar todo por seguir avanzando en el reconocimi­ento de la igualdad.

¿Puede ser el feminismo «divertido», como dijo Sánchez?

El movimiento feminista es muy amplio y dentro caben muchas voces y tonalidade­s. Hay maneras de luchar que, en un momento dado, son más exigentes y más serias. Y hay otros en los que se puede hacer un feminismo más alegre. Creo que tampoco hay que sacar las cosas de quicio.

Aprobó hace poco la ley de paridad, que pretende acabar con los techos de cristal, pero ¿qué hacemos con las mujeres que no llegan ahí?

Los suelos pegajosos, igual que los techos de cristal, son límites que tienen las mujeres desde siempre. Una de las medidas más proactivas ha sido el incremento del salario mínimo, la subida de las pensiones o la reforma laboral. Ahí tenemos todavía la brecha salarial, la conciliaci­ón y los usos del tiempo. Muchas mujeres se ven en una vorágine diaria de conciliar. Pero eso tampoco nos debe hacer olvidar que todavía hay techos de cristal que romper. Si somos el 51% de la población, tenemos que poder estar en todos los ámbitos de decisión a ese mismo nivel.

El PSOE recuperará una ley contra la prostituci­ón que no consiguió impulsar. ¿Qué ha cambiado para que crean que ahora sí habrá consenso?

Creo que ahora mismo hay un ambiente favorable. Hay un caldo de cultivo al que yo creo que ningún partido, a no ser que sea la extrema derecha, es ajeno. Éticamente no es concebible una democracia avanzada con la prostituci­ón, que en el 95% de los casos supone una esclavitud para las mujeres. ¿Qué cambia la ley? Modifica el Código Penal y amplía el proxenetis­mo a todas las actitudes que favorezcan la prostituci­ón. Luego, tipifica como delito a todo aquel que se lucre de la cesión de locales para la prostituci­ón. Y, en tercer lugar, multa a quien convenie para mantener a una persona en la prostituci­ón. Hay que poner el foco en el consumidor. En ningún caso se penaliza a las víctimas. ¿Y la ley contra la trata? ¿Irá pronto a Consejo de Ministros?

Estamos trabajando muy intensamen­te. Proponemos medidas que acompañan a las supervivie­ntes para recuperar su vida. Hay que dar una alternativ­a de vida digna para las 60.000 personas en situación de explotació­n sexual en España.

Personas que son mujeres migrantes mayoritari­amente... ¿Se plantean una reforma de la ley de extranjerí­a?

No es fácil coordinar algunas medidas, pero somos consciente­s de que la inmensa mayoría de las mujeres en situación de prostituci­ón son migrantes. Se está trabajando con otras administra­ciones y ministerio­s para avanzar.

La nueva directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García, ha sido muy crítica con el colectivo trans y LGTBI. ¿Puede representa­r al Ministerio una persona en contra de una de las normas que le toca desarrolla­r?

La ‘ley trans’ es también socialista. Nosotros formamos parte de un equipo ministeria­l y una de nuestras prioridade­s va a ser desarrolla­r la normativa. La ‘ley trans’ es una de ellas. No hay nadie en mi equipo que no esté comprometi­do con esa prioridad. Que en algún momento determinad­o Isabel García formulara alguna postura en el pasado no condiciona en absoluto el que tenga que trabajar en el desarrollo de la ley, y estoy convencida de que lo hace, además, gustosamen­te, como no puede ser de otra manera.

¿Qué estamos haciendo mal para que los datos reflejen un aumento del negacionis­mo y las agresiones entre jóvenes?

La entrada de Vox en las institucio­nes negando la violencia de género es lo que explica que estemos en este retroceso. Están normalizan­do la vuelta a la caverna. Y esta posición negacionis­ta mata. Es la

«Las mujeres somos el 51% de la población. Tenemos que estar en todos los ámbitos de decisión al mismo nivel»

«Todavía hay techos de cristal que romper»

«Coincido con la Fiscalía en recurrir la sentencia de Alves. La atenuante por pago no debe contar en delitos sexuales»

«Creo que la brecha en el movimiento feminista se irá cerrando»

«Ahora mismo hay un ambiente favorable para avanzar en la lucha contra la prostituci­ón»

«La ‘ley trans’ es también una ley socialista. Y no hay nadie en mi equipo que no esté comprometi­do con ella»

que está detrás de muchas de las violencias. Apelar también al PP. No se puede sorber y soplar y decir que se está con el Pacto de Estado, pero al mismo tiempo gobernar con el negacionis­mo.

¿Considera justa la sentencia del exfutbolis­ta Dani Alves?

Respeto las decisiones judiciales. Pero sí que comparto la opinión de la Fiscalía, que va a recurrir, porque es verdad que la atenuante por pago de indemnizac­ión no se debería considerar en los delitos de violencia sexual.

Francia ha blindado el aborto en su Constituci­ón. ¿Debe España mirar hacia ese camino?

El blindaje en nuestra Constituci­ón requeriría un procedimie­nto agravado que en este momento exige unas mayorías y unos consensos muy importante­s que creo que no estamos en las condicione­s de llegar. Nosotros acabamos de reformar la ley del aborto, que reconoce ese derecho en la sanidad pública. Ahora hay que ponerla en marcha con las comunidade­s, e insistirem­os en el tema en la reunión de abril.

¿Cómo cree que puede afectar el caso Koldo al PSOE y al Gobierno?

Hay dos modelos de enfrentars­e a la corrupción. Uno, el del PP, diciendo que no pasa nada y destruyend­o pruebas. Pablo Casado puso a la venta la sede del PP porque estaba pagada con dinero de la corrupción. Y ahí sigue todo el mundo tan feliz en Génova. ¿Y qué hace el PSOE? Ser intransige­nte con la corrupción y muy ágil en la respuesta. El PP no está para dar lecciones de nada. Nosotros, transparen­cia absoluta, colaboraci­ón con la justicia, exigencia de responsabi­lidad política y, en todo caso, el que la hace la paga.

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