Un diésel de alto rango en todos los sentidos
Es un coche polivalente, muy confortable y capaz de superar sin problemas los 1.000 km de autonomía
El GLC es un SUV premium de carrocería clásica con 4,7 metros de longitud que se renovó a finales del año pasado. Con 6 cm más de longitud respecto a su predecesor, las ópticas frontales son nuevas y se extienden hasta tocar una parrilla ligeramente más compacta. Las llantas de serie son de 18 pulgadas, y también puede elegirse con unos prominentes estribos que dan más fuerza al conjunto. La parte trasera es la que más varía, en este caso por el empleo de unos faros más estilizados y curvos que los anteriores.
Por dentro, para el cuadro de mandos Mercedes ha optado ahora por una pantalla
Motor: diésel.
Potencia (kW/CV): 145/197. Cambio: automático, 9 veloc. Largo (mm): 4.716.
Ancho (mm): 1.890.
Alto (mm): 1.640.
Maletero (litros): 600. Velocidad máxima (km/h): 219. De 0 a 100 km/h (seg.) : 8. Consumo medio (l/100 km): 5,2. Emisiones CO2(gr/km): 136. Precio (euros): desde 67.743.
horizontal de 12,3 pulgadas totalmente configurable que se combina con la vistosa pantalla vertical de 11,9” de la consola central para el sistema multimedia MBUX, el verdadero centro funcional del coche.
El resto del habitáculo, con los casi 2,9 metros de distancia entre ejes, ofrece mucho espacio detrás, y además dispone de un maletero de 600 litros de volumen, 50 más que el modelo anterior.
La mecánica de este GLC es de hibridación ligera, de modo que al motor diésel de 2 litros y 197 caballos se le une un sistema eléctrico de 48 voltios que puede generar hasta 23 CV para apoyar al motor térmico. Gracias a ello, queda catalogado con la etiqueta Eco de la DGT, lo que conlleva ventajas fiscales y de movilidad en los grandes núcleos urbanos.
Además, el consumo homologado es de solo 5,2 litros a los 100 kilómetros, muy por debajo de la anterior generación. El motor está asociado a una transmisión automática de 9 velocidades.
La respuesta del motor, como la del cambio y la suspensión, depende de los programas integrados en los perfiles del Mercedes Dynamic Select. Los convencionales son Eco, Comfort y Sport, pero como este GLC cuenta con el sistema de tracción total 4Matic, hay otro Off Road adicional para mejorar el desempeño fuera del asfalto.
IDEAL PARA VIAJAR
La mecánica diésel convierte a este GLC en un gran devorador de kilómetros. Aunque tiene potencia y esta se hace notar cuando se requiere, no es un coche planteado para ir siempre a ritmos elevados. Su mejor faceta la encontramos en viajes largos autovía o autopista, donde disfrutamos de un coche extremadamente cómodo, con un habitáculo bien aislado en el que apenas se percibe la rumorosidad del motor.
La tracción total contribuye a un comportamiento muy neutro y estable sobre el asfalto, y por supuesto le da un plus fuera de la carretera.
No obstante, el consumo es el gran valor de este coche, ya que en carretera se pueden mantener ritmos en torno a los 5 litros de media a los 100 km. En el cómputo total de nuestra prueba, el gasto medio de gasóleo ha sido de 6 litros, una cifra sensacional para un coche de gran tamaño y peso, pero lo importante es que se pueden superar los 1.000 km de autonomía con el depósito de 62 litros disponible.
El Mercedes-Benz GLC SUV 220 d 4Matic tiene un nutrido equipamiento y un precio de partida elevado pero no inabordable, 62.743 euros, aunque como es habitual en los coches de corte prémium los distintos paquetes opcionales que mejoran el confort y la tecnología pueden incrementar, y mucho, la factura. ●