Buen fútbol y dos goles, pero eliminatoria abierta
fue muy superior, aunque no logró sentenciar ante el Chelsea decidirá cuál de los dos pasa a las semifinales de Champions
La mejor versión del Real Madrid aparece con la llegada de la primavera, y más si es en el Santiago Bernabéu. El conjunto blanco fue muy superior al Chelsea y logró un convincente triunfo que le da una buena renta de dos goles que acerca a los de Ancelotti a las semifinales... aunque no lo suficiente. El partido deja un ligero sabor agridulce, pues pudo haber logrado algún gol más, sobre todo después de jugar más de media hora con un futbolista más.
Apostó Ancelotti por el mismo once que goleó al Barça en el Camp Nou, una declaración de intenciones de lo que pretendía que hiciera su equipo: atacar sin descanso. Así lo hizo en los primeros minutos, en los que salió desbocado, pero no tardó el conjunto inglés en dar un serio aviso. Kanté lanzó una contra voraz que dejó a Joao Félix con metros por delante para plantarse solo ante Courtois. Sin embargo, Militao recuperó a una velocidad supersónica y obstaculizó lo suficiente al luso para que su disparo lo pudiera repeler el meta belga sin demasiados apuros.
El susto no amilanó al Madrid, que siguió atacando en busca del primero. Fue Benzema el que dio el primer aviso en una combinación con Vinícius que acabó en las manos de Kepa. Fue el aviso de lo que estaba por llegar. Carvajal se sacó un maravilloso pase que Vinícius tocó lo suficiente para confundir a Kepa y que el balón llegara manso a Benzema, que solo tuvo que empujar el esférico a la red.
Que el Real Madrid ha llegado en un gran momento a este tramo de la temporada volvió a quedar en evidencia en una fantástica primera parte en la que lo raro fue que solo cayera un gol. Vinícius fue una pesadilla para Fofana desde la izquierda, Rodrygo hizo diabluras por todo el ataque y Benzema tuvo varias. También la tuvieron Alaba, peinando el balón con la cabeza, y Valverde –ovacionado por el Bernabéu antes del partido tras su affaire con Baena– con un zapatazo demasiado centrado tras un robo.
No se conformó el Madrid tras el descanso, y una preciosa rosca de Modric desde el pico del área casi se convierte en el segundo, hasta que llegó la expulsión de Chilwell. Valverde lanzó a Rodrygo y el lateral derribó al brasileño cuando se iba a quedar solo ante Kepa.
Con uno más, era el momento de matar la eliminatoria. El Chelsea se echó atrás y la entrada de Asensio fue vital para desatascar a un Madrid que se volvió espeso ante la poblada defensa rival. Un zurdazo del balear puso el segundo en el marcador todavía con mucho partido por delante.
Desde entonces, el Madrid fue un quiero y no puedo. Siempre fallaba el último pase, la decisión final, ante un Chelsea que resistía a la heroica y que hasta tuvo una para marcar al final. No se movió el luminoso, en Stamford Bridge se verá un partido distinto. ●