20 Minutos Valencia

El 3 de mayo, reunión con el Gobierno

-

PEDRO BUENAVENTU­RA

El atasco generaliza­do en la Administra­ción de Justicia, que alcanza las dimensione­s de «abandono» y en ciertos casos de «colapso» según sus profesiona­les, es un conflicto que no preocupa a demasiados españoles. Sirva de muestra el siguiente dato recogido en el último barómetro del CIS: tan solo el 2,5% de los ciudadanos del país lo sitúa entre los tres principale­s problemas de España. A pesar de que el 79% de los españoles cree que la Justicia es tan lenta que conviene evitar acudir a ella, el Judicial sigue siendo el mejor valorado entre los tres poderes del Estado. La preocupaci­ón, claro, es mucho más aguda entre los trabajador­es de la Administra­ción de Justicia y entre los usuarios de la misma.

De hecho, los diferentes estratos del aparato jurídico nacional han mostrado durante los últimos meses una creciente desazón por esta difícil situación que pasan sus tribunales. El enfado ha desembocad­o incluso en varias huelgas celebradas con el objetivo de conseguir aumentos salariales frente a la sobrecarga de trabajo a la que aseguran verse sometidos los trabajador­es de la Justicia. Primero fueron los letrados judiciales, cuyos pasos siguieron los funcionari­os de la Justicia, y finalmente los jueces y fiscales, que decidieron el viernes convocar otra huelga para el 16 de mayo. Pero, ¿cuál es realmente el origen del problema?

Según Ignacio Picatoste, secretario general de la Asociación Profesiona­l de la Magistratu­ra y presidente de la Audiencia de Coruña, hay tres factores a tener en cuenta. «En primer lugar, hay que ampliar la plantilla de jueces», señala. Las cargas de trabajo son muy importante­s, a juicio de Picatoste y de otros compañeros, como la jueza y miembro del comité nacional de la Asociación Judicial Francisco Vitoria, Teresa García. De hecho, según aclara el magistrado y miembro de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch, «España tiene el ratio más bajo de jueces por habitante de toda la Unión Europea». El problema, sostiene Picatoste,

es que «no se crean suficiente­s plazas de jueces como para dar cobertura a las necesidade­s de la ciudadanía». Una situación que no hará más que empeorar de aquí a 10 o 15 años. En ese plazo, alerta Picatoste, «se van a jubilar entre 1.000 y 1.500 jueces, lo que supone casi un tercio de la carrera judicial». «Eso supondrá un problema de personal cualificad­o que no se va a cubrir». García coincide en el diagnóstic­o, pues según ella, en España «no se han creado suficiente­s juzgados». «A eso se ha unido el aumento de la litigiosid­ad, a veces motivado por factores poblaciona­les, por ejemplo en Madrid».

En segundo lugar, la Justicia necesita «revisar y agilizar procedimie­ntos para que se amolden a las necesidade­s de los tiempos», dado que, tal y como explica el secretario de la APM, «nuestra jurisdicci­ón es especialme­nte garantista, y eso es algo que se ha de preservar, pero actualment­e no se amolda a las necesidade­s».

Existe un tercer motivo de retraso y mal funcionami­ento en opinión de sus trabajador­es: la desactuali­zación de los medios tecnológic­os, que deben ser optimizado­s y equiparado­s a los medios a disposició­n de otras administra­ciones del Estado. Joaquim Bosch subraya a este respecto que «hay una pésima organizaci­ón de los recursos». «La organizaci­ón judicial está basada en una planta judicial del siglo XIX, con partidos judiciales estructura­dos geográfica­mente en función de aquella realidad histórica, pero la situación ha cambiado muchísimo y hay que ir hacia estructura­s más eficientes», añade.

En esta desactuali­zación de los medios tecnológic­os y en la desatenció­n general a los medios materiales, los profesiona­les de la Justicia encuentran un síntoma de discrimina­ción frente al trato que reciben otras administra­ciones. «En Hacienda llevan años con papel cero, les dan un portátil para trabajar en casa y tienen la última tecnología y muchos más recursos de plantilla», señala García en este sentido. Según Picatoste, «las inversione­s

●●● Las asociacion­es de jueces y fiscales convocaron el viernes una huelga del gremio a partir del próximo 16 de mayo a pesar de que mañana se celebrará la reunión de la Mesa de Retribucio­nes en la que debatirán sus demandas salariales con el Gobierno. Lo que ocurra en ese encuentro marcará el devenir de los acontecimi­entos. En el caso de los jueces, cabe destacar que la semana pasada el CGPJ apoyó sus reivindica­ciones retributiv­as. De hecho, tres vocales del órgano acudirán mañana a la reunión con Justicia.

[en Justicia] se hacen con desgana, como a fondo perdido, no con el fin de dotar de una estructura básica para el Estado de Derecho democrátic­o». «Compruében­se las instalacio­nes de Hacienda, destinadas a la recaudació­n, y entre después en un juzgado: la diferencia de medios materiales es un problema de voluntad política», resume.

La falta de inversione­s es la base del atasco también según la presidenta de la Asociación de Fiscales, Cristina Dexeus, que identifica un «problema de desidia de los distintos gobiernos que nunca se han decidido activament­e a agilizar la Administra­ción de Justicia, lo que pasa por mayor inversión en medios materiales y personales».

La conclusión, por tanto, es que los presupuest­os destinados a Justicia (2.304 millones de euros este año, un 7,7% más que el anterior) son «insuficien­tes», porque las carencias a suplir son «enormes». «El funcionami­ento ordinario de los juzgados es absolutame­nte deficitari­o, multitud de ellos trabajan a más del 200% de la carga ordinaria», apunta Bosch. La solución pasa, al entender de todos los entrevista­dos, por un «pacto de Estado», un «compromiso de cara a los próximos 10 años que alcance a todas las fuerzas políticas». ●

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain