La forense del caso Sancho ve «compatibles con una pelea» las heridas que tenía la víctima
LA DEFENSA se apoya en la declaración al reiterar que fue un «homicidio imprudente» y se muestra dispuesta a negociar LA ACUSACIÓN matiza que «no contradice que fue un asesinato premeditado»
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El tribunal de Koh Samui retomó ayer el juicio contra Daniel Sancho por el presunto asesinato de Edwin Arrieta, una vista oral a la que volvieron a asistir los padres del acusado, Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo. Los magistrados escucharon a nuevos testigos de la Fiscalía, dos policías y una médico forense que participaron en la investigación del caso.
La declaración más reveladora fue la de la forense del hospital de Koh Phangan, quien admitió que las heridas en la zona occipital de Arrieta « son compatibles» con una pelea; una afirmación que podría apuntalar la tesis de la defensa, que sostiene que fue un «homicidio imprudente» provocado por una pelea previa. De hecho, su abogado tailandés, Apichart Srinual, explicó que, «a día de hoy, nadie puede especificar qué causó la muerte» del cirujano co
Asesinato con alevosía. Ese fue el delito que, según la mayoría de un jurado popular, cometieron Rosa Peral y Albert López, conocidos por el crimen de la Guardia Urbana. Con condenas de 25 y 20 años respectivamente (ella tendrá que cumplir más por el agravante de parentesco, ya que era la pareja de la víctima, Pedro González), ambos llevan siete años entre rejas, no sin haber salido a la palestra mediática durante este tiempo.
La noticia se cernió ayer de nuevo sobre la pareja de examantes. Según avanzaron fuentes cercanas a los condenados a El Periódico de Catalunya, Albert López habría reconocido el asesinato para lograr permisos penitenciarios. «No sabemos lo que ha dicho, estamos a la espera de conocer los detalles para ver si podemos revisar el caso » , dice a 20minutos Nuria González, abogada de Peral. «Si él admite que mató a Pedro y nadie sabe cómo se cometió ese asesinato, tendrá lombiano, incidiendo en que Sancho «sigue siendo inocente hasta que haya un veredicto» de culpabilidad.
El abogado español de Sancho, Marcos García Montes, ya expuso a 20minutos que «los forenses no pueden determinar la fecha de la muerte» y que «estaríamos ante un homicidio imprudente que en el Código Penal tailandés son de 8 a 10 años si se considera grave y de seis si se considera leve». «Si condenan a Daniel a homicidio imprudente leve, en dos años podría estar en España» para terminar de cumplir su condena.
No obstante, el abogado español de la familia Arrieta, Juango Ospina, explicó a este periódico que «en ningún caso contradice» la tesis de que fue un asesinato premeditado: «La forense ha dicho que fue una muerte violenta y que es compatible o no con una pelea; no ha sido categórica, ha dejado la duda. Ha sido una declaración según que explicarlo » , sentencia, aunque confiesa que «no está obligado» .
Se da la tesitura de que en la sentencia final no se pudo llegar a especificar cómo murió la víctima. González afirma que tras conocer los detalles de la supuesta confesión de Albert tendrán «un hilo del que tirar». «A Rosa le parece bien que procedamos así porque ella nunca va a admitir el asesinato porque no es culpable», sostiene.
La letrada se apoya en la ley de beneficios penitenciarios, concretamente en el artícu20M.ES/INTERNACIONAL Puede leer todas las noticias relacionadas con el juicio a Daniel Sancho en la web 20minutos.es
esperado porque es lo mismo que había dicho en su informe».
El abogado sostuvo, además, que los forenses no pueden determinar la causa exacta de la muerte porque faltan partes del lo 78 del Código Penal, y hace una comparación con la confesión de César Román, conocido como rey del Cachopo: «La ley lo que dice es que hay que reconocer los hechos, pero que además tiene que haber una disculpa pública y un acto de resarcimiento a la víctima, a la familia».
Según expertos consultados por Efe, esto es lo que se conoce como un arrepentimiento «activo» y confirma lo que señala la abogada de Peral. Para conseguir beneficios penitenciarios, la confesión tiene que ir acompañada de cadáver, que fue descuartizado: «Con un cráneo, unas manos, unas piernas y unos genitales no se puede determinar cómo mataron a la víctima. Los forenses no pueden decir que lo mató de una cuchillada en el corazón porque no hay corazón». «La declaración de la forense no es trascendental para que sea considerado un asesinato con premeditación porque para eso están todos los elementos previos a la muerte», dijo. «No es imprescindible saber la causalidad exacta de la muerte. En el caso de Marta del Castillo no apareció el cuerpo y les condenaron por asesinato, y como ese hay tantos y tantos casos», añadió. Análisis de las pruebas También se presentaron pruebas forenses, concretamente, se analizaron las partes del cuerpo de Arrieta que fueron halladas en varios lugares de Koh Phangan y en el mar. Según el informe policial, se encontraron ocho de las al menos 17 partes en las que el cadáver fue desmembrado. Otra de las pruebas presentadas fueron los mensajes de móvil que intercambiaron Sancho y Arrieta el día antes del suceso. «Ya estoy aquí esperando porque supuestamente llegabas en 20 minutos», le escribió el español al cirujano, según reveló el programa TardeAR. El colombiano le respondió que era un «enojón» por enfadarse, evidenciando que las discusiones eran frecuentes. El abogado tailandés de Sancho restó importancia a esas pruebas.
Daniel Sancho, por su parte, volvió a hacer preguntas a todos los testigos. A la salida del tribunal, Rodolfo Sancho se limitó a decir que está «muy satisfecho» con el trabajo de los abogados que defienden a su hijo.
El abogado español del acusado, Marcos García Montes, se mostró dispuesto a negociar con la acusación, aunque subrayó que un acuerdo solo pasa por aceptar ambas partes que fue «un homicidio imprudente». Por su parte, Ospina indicó que lo único que contemplan es el «asesinato premeditado, el perdón a la familia y la reparación del daño». ● pedir una reducción de sus años de cárcel.
La otra parte lo desmiente Por otro lado, el abogado del ex guardia urbano, José Luis Bravo, con el que este periódico se puso en contacto sin recibir respuesta, declaró ayer por la mañana en televisión que todo lo que se está diciendo es falso. «Mi cliente me ha desmentido que haya confesado haber cometido el cri
Espejo público,
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