ABC (1ª Edición)

Berlín y París trabajan en un nuevo tratado para relanzar Europa

La situación política que atraviesan Italia y Alemania lastra el ambicioso proyecto

- J. P. QUIÑONERO PARÍS

Angela Merkel y Emmanuel Macron están elaborado un proyecto de nuevo Tratado franco-alemán, en la perspectiv­a de un «relanzamie­nto» de Europa todavía hipotecado a un rosario de incertidum­bres nacionales y europeas. Reunidos ayer en el Elíseo, el presidente francés y la canciller alemana siguieron matizando el proyecto con el que París y Berlín desean celebrar el 55 aniversari­o del Tratado del Elíseo que rige las relaciones institucio­nales entre ambos países.

Con ese motivo, el Bundestag alemán y la Asamblea Nacional francesa votarán el próximo lunes la declaració­n común con la que se lanzarán los trabajos más o menos avanzados del nuevo Tratado franco-alemán, matriz, esperan Macron y Merkel, de una «refundació­n» de la UE todavía lejana.

A caballo entre el «apremio» ligerament­e mesiánico del presidente Macron y el «agobio» más inmediato de las negociacio­nes con las que pudiera culminar la formación de la esperada Gran Coalición alemana, Angela Merkel declaró en el Elíseo: «Para poder actuar, en Europa, es capital que Alemania tenga un gobierno estable».

Advertenci­a directa al SPD, que decidirá mañana si acepta el proyecto de acuerdo negociado con Angela Merkel y la CDU. Consciente de que sus ambiciones europeas están hipotecada­s a un rosario de incertidum­bres nacionales, franco-alemanas y europeas, Emmanuel Macron insistió en la gravedad aparente de la coyuntura: «Lo único que puedo decir es que Francia necesita a Alemania para reformar Europa».

La canciller alemana y el presidente francés negociaron una ambiciosa agenda bilateral y europea el verano pasado, prometiend­o «relanzar» la UE, «refundar» la zona euro, con un largo rosario de proyectos, entre los que se incluía la posible elección de un «parlamento» de la zona euro y la construcci­ón de un avión militar europeo.

Han pasado seis meses. Macron siguió avanzando proyectos de «refundació­n» europeos en septiembre. La incertidum­bre política alemana, seguida de la italiana y el carácter imprevisib­le de la crisis catalana, en España, han caído como granizo diplomátic­o sobre las ambiciones reformista­s europeas.

En el acuerdo de Gran Coalición negociado por Merkel y el SPD han desapareci­do puntos sensibles para todos los calendario­s europeos. Las exigencias de la izquierda socialdemó­crata alemana tampoco son siempre compatible­s con algunos proyectos franceses.

Hace meses, Merkel y Macron esperaban que el nuevo tratado bilateral fuese uno de los pilares de la refundació­n de la UE. La ambición quizá permanezca intacta, pero los festejos y el lanzamient­o del proyecto quizá han perdido glamur.

El Bundestag alemán y la Asamblea Nacional francesa volverán a recordar, el lunes, que la amistad y alianza franco-alemana sigue siendo indispensa­bles para el futuro de Europa. Más allá de los grandes principios, ambos deben aceptar una cura de austeridad retórica. Berlín seguirá estudiando los tradiciona­les proyectos franceses de gestión más política de la zona euro. París, a la espera del apoyo de Alemania para hacer avanzar nuevos proyectos. Inmigració­n y control de fronteras siguen siendo problemas inmediatos, con poco glamur y muchas tensiones.

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