ABC (1ª Edición)

«Pedimos perdón por la corrupción, pero nunca por ser del PP»

∑ Génova teme que el frente judicial sepulte su acción política: «Toca mirar al futuro y salir de este bucle»

- ITZIAR REYERO MADRID

Las malas artes de «algunos» no invalidan todo el caudal político y la herencia de gestión del partido. O en palabras de la nueva líder del PP valenciano, Isabel Bonig: «Pedimos perdón por la corrupción pero nunca por ser del PP». Ésa es en síntesis la estrategia de defensa de la dirección popular, que ya sabe que los capos de la Gürtel están dispuestos a tirar de la manta para escurrir responsabi­lidades. El PP insiste en que todos los imputados están fuera y confía en que la Justicia haga su trabajo y pague «quien tenga que pagar»; que ellos ya han purgado sus pecados en las urnas.

Génova cierra otra semana negra, y ya es mucha la tralla, consciente de que el foco judicial le atrapa y le hace casi imposible avanzar. El temor es que la Gürtel, Púnica o Lezo sepulten toda su acción. Consciente de lo que se les venía el viernes en la Audiencia Nacional, la reacción inmediata fue de desmarque. La dirección nacional se desentendi­ó del anterior PP valenciano: «Este es un partido muy descentral­izado», dijo el coordinado­r, Fernando MartínezMa­illo, poco antes de que Pablo Crespo y Álvaro Pérez «El Bigotes» cantaran las supuestas finanzas en B del PP regional. También los jóvenes dirigentes del partido tomaron distancia: «Es que ni los conocemos», se desahogaba ayer un vicesecret­ario, pero sin resignarse. «Toca mirar al futuro, salir del bucle judicial y tomar ya la iniciativa política», es el mensaje de la cúpula mientras las bases asisten con notable ansiedad al avance de Ciudadanos y teme un castigo mayor de los electores.

«Un circo bochornoso»

Lo que más irrita al PP es la condena perpetua del telediario. Creen que los capos de la trama Gürtel, que ya han señalado al expresiden­te valenciano Francisco Camps, mantendrán el «circo». Los populares valenciano­s admiten en privado estar conmociona­dos. Una década después, las confesione­s de la Gürtel les «hace daño», sobre todo porque destruyen los esfuerzos de presentars­e como un partido regenerado. La corrupción siempre vuelve al PP valenciano y esta vez el señalado vuelve a ser Camps. «Sabíamos que en este juicio podían salir muchas cosas. El circo es bochornoso y nos hace daño. Pero ya hemos tomado todas las medidas, esa gente está fuera hace mucho tiempo. Podemos pedir y pedir perdón las veces que haga falta, pero no por ser del PP», afirman los de Bonig.

La dirección valenciana, al igual que la nacional, asegura que ya han hecho la regeneraci­ón obligada, que todos los cargos acusados están fuera del partido y que han pagado de sobra en las urnas. El último argumento es que el resto de partidos también tienen sus casos de corrupción y que la preocupaci­ón de los ciudadanos va más allá de ésta.

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