«Nadie debería sentirse inseguro en la escuela»
Un nuevo tiroteo en Estados Unidos. Un nuevo tiroteo en un instituto. Pudo haber sido en un centro comercial, en una discoteca, en una sala de conciertos, en un mitin, en una universidad... pero el lugar elegido por el loco de turno, por el demente armado de ayer, fue otra vez una «High School». La Marjory Stoneman Douglas de Parkland, a unos 72 kilómetros al norte de Miami, en el condado de Broward (Florida), en la que hay matriculados unos tres mil estudiantes. Como en otros institutos de Los Ángeles, Kentucky, Colorado, Nuevo México... solo en los dos últimos años. Desde los primeros pavorosos instantes, portavoces de la Policía local y de los bomberos describían las carreras de los jóvenes tratando de escapar del centro, que fue rápidamente acordonado, y la inmediata llegada de un equipo de intervención de los SWAT, con los tiradores expertos en operaciones especiales prestos a entrar en acción. Código Rojo. Las cadenas de televisión ya estaban allí.
El loco era esta vez un hombre con suéter granate y pantalón y sombrero negros. Se encaramó a la tercera planta de un edificio anexo y abrió fuego. Aunque muy tarde, finalmente fue detenido. Al principio se habló de veinte heridos, poco más tarde ya había un muerto. Minutos más tarde «numerosos» fallecidos. Angustia en las familias.
Lo habitual en Estados Unidos, ese país en el que hay más armas de fuego –310 millones– que habitantes –306 millones–. Una de las democracias más avanzadas del mundo, en la que resulta imposible regular el libre acceso a fusiles automáticos, ametralladoras, rifles, pistolas... ese país en el que la cultura del Colt 45 y el «Far West» sigue vigente para contento de muchos y para disgusto de muchos más. Informado al minuto del suceso, Donald Trump, el presidente que no mueve un dedo por minimizar estas frecuentes matanzas –al menos Obama lo intentó– dijo ayer: «Nadie debería sentirse inseguro en la escuela». [INTERNACIONAL]