El mejor cantante, según Frank Sinatra
∑ Admirado por «La Voz», fue uno de los grandes «crooners» de la posguerra
La escena de «crooners», que floreció en Estados Unidos cuando la II Guerra Mundial llegó a su fin, tuvo otros protagonistas de mayor renombre (Dean Martin, Tony Bennett o Perry Como), pero su rey indiscutible, Frank Sinatra, siempre vio en él a un gran artista, a uno de los grandes. «Él es el mejor cantante de este negocio», llegó a afirmar «La Voz» tras escuchar uno de los singles con los que Damone arrasó en 1949, «You’re Breaking My Heart».
Tanto su madre, profesora de piano, como su padre, que cantaba y tocaba la guitarra, le habían animado a tomar clases de canto. Pero su carrera comenzó en realidad en un camerino del Paramount Theater de Manhattan, en 1946. Damone, que había tenido que dejar los estudios porque un accidente dejó a su padre fuera del mercado laboral, trabajaba como ujier en el teatro cuando una noche se quedó un momento a solas con la estrella invitada, Perry Como, mientras se cambiaba de ropa para su actuación. Cantó para él unas líneas casi por curiosidad, para saber si tenía algo de talento, y su respuesta no pudo ser más inspiradora: «Chico, ¡no pares de cantar!». Fue entonces cuando decidió adoptar el nombre artístico de Vic Damone y probar suerte en la industria de la música. Tras ganar el concurso de talentos Arthur Godfrey’s Talent Scouts en 1947 consiguió un contrato con Mercury Records, debutando con un single titulado «I have but one heart» que logró un nada desdeñable número 7 en las listas de ventas. Después llegaría el salto definitivo al estrellato con «Again», «You’re Breaking My Heart» (ambas superando el millón de copias vendidas), «Vagabond Shoes», «Tzena, Tzena, Tzena», «Cincinnati Dancing Pig», «My Heart Cries for You» y varias docenas de hits más durante la década de los cincuenta. Durante los años sesenta se afianzó como estrella cinematográfica y televisiva, pero en lo discográfico empezó a dar bandazos, dejando Mercury Records para pasar a Capitol (donde grabaría dos de sus últimos discos de éxito masivo, «Linger Awhile with Vic Damone» y «The Lively Ones»), Warner Bros y finalmente RCA. En la década de los setenta bajó el ritmo de grabación para concentrarse en dar recitales en el circuito de casinos, especialmente en Las Vegas, y en los ochenta llegó a disfrutar de una fugaz ola de «revival» gracias a un sorprendente repunte de las ventas de sus discos en Gran Bretaña.
Damone se casó cinco veces. Primero con la actriz y cantante Pier Angeli, con quien tuvo su único hijo. Sus tres hijas fueron fruto de su siguiente matrimonio (Judith Rawlins), y después volvería a llevar al altar a tres mujeres más, todas del mundo del espectáculo (Becky Ann Jones en 1974, Diahann Carroll en 1987 y Rena Rowan-Damone en 1998). Días antes de morir por insuficiencia respiratoria, el pasado domingo en Miami, recibió una llamada de ánimo de uno de sus mejores amigos, el presidente Donald Trump.