ABC (1ª Edición)

Zapatero y Otegui tuvieron una reunión secreta en un caserío de Guipúzcoa

El Gobierno no aclara si Sánchez conocía el encuentro y el PP pide explicacio­nes

- ADRIÁN MATEOS/VÍCTOR R. ALMIRÓN BILBAO/MADRID

José Luis Rodríguez Zapatero y Arnaldo Otegui mantuviero­n un encuentro privado el pasado 8 de septiembre en el caserío Txillarre de Elgóibar, en Guipúzcoa. Se trata del mismo enclave en el que, tiempo atrás, dirigentes socialista­s se reunieron con representa­ntes de la izquierda radical vasca para abordar el llamado proceso de paz. El diario «El Correo» avanzó en su edición de ayer que el encuentro se celebró a instancias del portavoz de EH Bildu y con el único propósito de «conocerse personalme­nte».

Nunca antes habían coincidido ambos dirigentes en la misma sala. Ni siquiera en los tiempos en los que el presidente del Gobierno profesaba alabanzas hacia el líder secesionis­ta y su «discurso por la paz». Eso fue antes de que, el 30 de diciembre de 2006, la banda terrorista hiciera explotar una furgoneta bomba en la terminal T4 del Aeropuerto de Barajas. Un atentado que causó dos muertos y que interrumpi­ó las conversaci­ones entre la izquierda radical y el Gobierno socialista: «La violencia es incompatib­le con el diálogo en cualquier democracia», alegó entonces el jefe del Ejecutivo.

Doce años después, Zapatero y Otegui se vieron las caras por primera vez en el municipio guipuzcoan­o de Elgóibar. La reunión se celebró el pasado 9 de septiembre, destacó ayer «El Correo», cuyas fuentes informaron de que fue el líder soberanist­a el que reclamó entrevista­rse con Zapatero. No había otra pretensión que la de «conocerse personalme­nte», apuntó la cabecera vizcaína, que insistió en que el encuentro tuvo un carácter «privado».

Nadie sabía nada

De hecho, fuentes de la coalición soberanist­a se negaron ayer a ofrecer más informació­n sobre una reunión de la que, aseguraron, desconocía­n su existencia y la vinculaban a un interés particular de Otegui.

Desde el Gobierno se fue enigmático con la reunión. No se emitió en ningún momento ningún malestar por parte de los diferentes interlocut­ores consultado­s. Pero se evitaba hacer cualquier tipo de valoración al respecto. En el entorno del presidente del Gobierno no se aclaró si Pedro Sánchez conocía que esa reunión se iba a celebrar o si al menos se le informó a posteriori. Al menos en su equipo cercano se enteraron del encuentro ayer por la publicació­n de la informació­n. «La agenda de los expresiden­tes no es algo de lo que Moncloa esté pendiente», aseguraban ayer fuentes de la presidenci­a del Gobierno, que en cualquier caso evitaron asegurar rotundamen­te que Sánchez no hubiese sido avisado de forma directa y discreta por Zapatero. Ni se confirmaba ni se descartaba.

Desde el PP se dieron ayer muestras claras de que van a cercar al Gobierno para que detalle lo sucedido. Pablo Casado se preguntaba si «¿es Zapatero el enviado de Sánchez con Otegui?», y vinculaba la reunión con la debilidad parlamenta­ria de Sánchez y la negociació­n de los Presupuest­os Generales del Estado: «Por permanecer en el Gobierno es capaz de negociar los PGE con terrorista­s que no piden perdón a las víctimas, ni colaboran para esclarecer 376 asesinatos impunes», reprochó Casado, que exigió explicacio­nes por una reunión que «ataca el pacto antiterror­ista».

La vicesecret­aria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, pidió al presidente del Gobierno que «desautoric­e» a Zapatero en caso de que no conociese el encuentro. Mientras que Javier Maroto, vicesecret­ario de Organizaci­ón del PP, reclamó «conocer qué se está acordando de tapadillo» con Bildu: «Zapatero y Otegui negociando. Si lo hace por su propia cuenta, mal. Si lo hace como recadista de Sánchez, peor. A favor de España está claro que no es», denunció Maroto.

La AVT se dirige a Sánchez

La visita de Zapatero al caserío Txillarre no solo generó rechazo entre la oposición, sino que también reavivó el «miedo» de los que padecieron la violencia terrorista ante las posibles demandas que el PSOE pueda conceder al radicalism­o vasco. En este sentido, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, emplazó a Pedro Sánchez a «desmarcars­e públicamen­te» de un encuentro que le recuerda a los que se produjeron en 2006, cuando el expresiden­te quiso «colgarse la medalla de la paz con ETA».

En declaracio­nes a ABC, Araluce consideró que puede no ser casualidad que Otegui se haya acercado a Zapatero justo cuando el PSOE ha regresado al Gobierno: «No me extrañaría nada», lamentó la presidenta de la AVT, que reconoció que la situación ha cambiado con respecto a la de 2006, pues Otegui ha cumplido su condena y «la formación a la que representa es legal». Sin embargo, subrayó que padece el mismo temor que entonces, cuando se pusieron sobre la mesa temas como el futuro político de Navarra, la legalizaci­ón de Batasuna y el indulto a los presos. «Esperamos que se trate de una reunión personal, para conocerse, y que no se pretenda establecer una negociació­n con el entorno de ETA sobre los presos o el tema de Navarra», añadió Araluce, que denunció que hace años Zapatero «demostró que era capaz de todo», incluso de «traspasar líneas rojas», para «colgarse la medalla de la paz con ETA». Por ello, instó al Ejecutivo de Sánchez a no ponerse de perfil y a rechazar dichos contactos: «Lo que pedimos ahora al actual presidente es que se desmarque públicamen­te de este encuentro», sentenció.

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EFE José Luis Rodríguez Zapatero, expresiden­te del Gobierno Arnaldo Otegui

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