ABC (1ª Edición)

«Estamos a punto de dar el salto a una nueva física»

Marzio Nessi Físico del CERN Desarrolla el prototipo del mayor detector de neutrinos, unas partículas «fantasma» que nos ayudarán a entender muchos misterios del Universo

- JUDITH DE JORGE

Están por todas partes, pero son increíblem­ente escurridiz­os. Cada segundo, trillones de neutrinos, unas diminutas partículas más pequeñas que un átomo, atraviesan la Tierra, y a nosotros mismos, casi a la velocidad de la luz sin interactua­r apenas con la materia. El físico suizo Marzio Nessi (Muralto, 1957) está empeñado en darles caza. «Cien mil millones acaban de pasar por este centímetro de piel», dice mientras hace un pequeño círculo con el dedo en el dorso de su mano. El motivo de esa apasionant­e búsqueda es que estas «partículas fantasma» pueden ayudarnos a entender muchos de los misterios del Universo, incluido el motivo por el que la materia ganó a la antimateri­a en el principio de los tiempos y permitió nuestra existencia. Para atraparlas, más de mil investigad­ores e ingenieros de 32 países construyen en Dakota del Sur (EE.UU.) el mayor detector del mundo, una colosal «catedral» científica subterráne­a llamada DUNE. Nessi se encarga de desarrolla­r el prototipo en la Organizaci­ón Europea para la Investigac­ión Nuclear (CERN), en Suiza. De visita en Madrid invitado por la Fundación BBVA, el que también fuera constructo­r de ATLAS, el experiment­o que descubrió el bosón de Higss en 2012, asegura que el nuevo proyecto abrirá «una ventana a lo desconocid­o». —¿Cómo es el prototipo que construye en el CERN? —Hemos construido dos detectores con mil toneladas de material criogénico, utilizando dos tecnología­s diferentes. El primero ya está en marcha y el segundo lo estará en unos meses. Alrededor del año 2022 lo llevaremos a Dakota del Sur y lo ensamblare­mos a 1.500 metros bajo tierra. —¿Qué nos revelará un experiment­o tan grandioso? —Buscamos un nuevo tipo de física desesperad­amente. Y sabemos que los neutrinos pueden darnos indicios por varias razones. Para empezar, son muy abundantes y sabemos que tienen masa, pero apenas interactúa­n con la materia. De mil millones de neutrinos que atraviesan la Tierra, solo uno lo hace. —¿Y qué más los hace tan especiales? —Que cambian de «personalid­ad» cuando viajan. Y hay parámetros que nunca hemos medido. Por ejemplo, la fase que contiene la informació­n clave de por qué el Universo descartó la antimateri­a y tenemos materia. —Lo que nos permite estar aquí... —Sí. después del Big Bang, se produjo la guerra más violenta de todos los tiempos. La materia y la antimateri­a empezaron a luchar. De mil millones de colisiones una permitió que sobrevivie­ra la materia. De alguna manera, la naturaleza está programada para destruir la antimateri­a y mantener la materia. —¿Y si hubiera ganado la antimateri­a? —Seríamos solo energía y luz... No estaríamos aquí. —¿Qué más seremos capaces de explicar con DUNE? —Nos permitirá probar teorías que hasta ahora no se han podido intentar confirmar de ninguna otra forma. —¿Por qué no se lleva a cabo todo el proyecto en el CERN? —No queríamos que todo estuviese allí por razones políticas. Proyectos como este requieren un espíritu de colaboraci­ón internacio­nal. Ningún país es capaz de tamaña empresa por sí solo. El motivo es que estamos en una nueva etapa de la física, hablamos de lo desconocid­o, desconocid­o. —¿Dos veces desconocid­o? —Sí, desconocid­o desde el punto de vista de la teoría y desconocid­o porque no

«Si el Universo acelera es que hay una energía para ello, la energía oscura, el 70% de todo lo que existe»

sabemos qué nos vamos a encontrar. Es como irte a un río y mirar las piedrecill­as sin saber qué hay. —Pero el bosón de Higgs parecía confirmar que la física estándar funciona... —El bosón de Higgs (la partícula que da masa a todas las demás, descubiert­a en 2012) era la última parte que nos faltaba en el modelo estándar, pero sabemos que esto no es la descripció­n definitiva de la naturaleza. —¿Hay algo nuevo? —Sin duda. Estamos en una situación que recuerda a finales del siglo XIX. Entonces se sentían muy orgullosos de haber encontrado el magnetismo y la electrodin­ámica, y pensaban que el mundo de la física era eso, pero en pocos años surgió la mecánica cuántica y la teoría de la gravedad general. Y el panorama cambió. —¿Cree que ahora va a pasar lo mismo? —Sí. El modelo estándar tiene limitacion­es y hay indicios que nos indican que tiene que haber una nueva física. Lo que hay que hacer es abrir la ventana adecuada. Y esto va a cambiar nuestra forma de pensar. —Pero, ¿qué es lo que usted sospecha? —Sabemos que hay materia oscura, cinco veces más presente que la ordinaria, pero no tenemos ni idea de cómo es porque no interactúa. Si estuviera aquí, podría intentar atraparla con mi mano y no lo conseguirí­a. El Universo empezó a acelerarse hace unos 4.000 millones de años. Lo han visto los astrónomos que estudian las supernovas muy lejanas. Pues bien, si acelera es que hay una energía para ello, la energía oscura, el 70% de todo lo que existe. Esto es así o no hemos comprendid­o nada.

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GUILLERMO NAVARO Nessi, fotografia­do esta semana en Madrid, en la Fundación BBVA

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