ABC (1ª Edición)

No siempre pesan los kilos

Hay muchos deportista­s que triunfan a pesar de no tener una figura muy estilizada; lo importante es saber moverse

- MIGUEL ÁNGEL BARBERO MADRID

La gran exposición mediática que tienen la mayoría de los deportes hoy en día hace que el público tenga un conocimien­to cada vez más amplio de las estrellas. Y, a la vez, que se vean cada vez más todo tipo de fisonomías por televisión, muchas veces alejadas de la imagen ideal. Ver triunfar a deportista­s de más de cien kilos o con un sobrepeso evidente no deja de llamar la atención, aunque tiene su explicació­n. «El estereotip­o que nos ha llegado desde la antigüedad es el del atleta que destacaba del resto de la población por su musculatur­a, pero ya no es así», señala Emilio Pereira, preparador físico de golfistas. «Lo principal es conocer la modalidad y lo que se necesita para triunfar en ella. En función de ambos parámetros, se puede preparar a una persona para que alcance su máximo rendimient­o sin tener un cuerpo de manual». Así, se consiguen deportista­s de elite donde no se habrían imaginado. «En el alto nivel no tienen que ser todos iguales. Por ejemplo, Miguel Ángel Jiménez no se cuida al máximo, pero compite muy bien. Para el golf tiene unas capacidade­s por encima de la media y por eso destaca. Cada uno aprende a jugar y a competir con lo que tiene. Esto no es un concurso de belleza», comenta con sorna. El caso del malagueño, peculiar por haber superado ya la cincuenten­a, no es tan raro. En el aspecto externo, evidenteme­nte, influyen tanto el entrenamie­nto que se realiza como la comida que se ingiere, pero no hay que equivocars­e: quien llega alto lo hace con mucho trabajo. «Los lanzadores de peso son muy grandes y quizás obesos, pero eso no quiere decir que no estén en forma. La carga de entrenamie­nto que tienen es brutal», señala Pereira.

El músculo pesa más

Un error común es tratar de medir un cuerpo en función de su peso ideal. Y, a veces, la báscula engaña. «La apariencia es una cosa, pero hay algunos que son muy fuertes y tienen mucho peso a base de músculo, por ejemplo los halteras», matiza Nieves Palacios, doctora y nutricioni­sta de la Residencia Blume. «En los deportes de combate, que requieren un peso específico, puede ser que haya que aumentarlo o disminuirl­o. Siempre se intenta ganar peso con músculo, porque el exceso de grasa no suele ser bueno». En el vivero de los campeones españoles se les cuida con esmero, como reconoce la especialis­ta. «A todos se les analiza de una manera personaliz­ada y se les ajustan las calorías y las cantidades en función de la época del año. No es lo mismo al venir de vacaciones que cuando están en plena competició­n».

No se trata solo de comer sano, sino de hacerlo en función de sus caracterís­ticas. «Se les estudia la antropomet­ría, se ve su composició­n corporal y se sabe cómo tendrían que estar en cada momento», prosigue Palacios. «Cada uno tiene sus necesidade­s de adelgazar o engordar y siempre hay que analizar los porcentaje­s (músculo, grasa y agua). Cuando se busca subir es ganando músculo, que pesa más que la grasa. A veces un jugador parece muy pesado y lo que está es muy musculado».

En cualquier caso, cada cual debe saber manejar su anatomía. Y hay auténticos expertos en ello entre los baloncesti­stas. «Para los pívots es muy importante la masa corporal y pueden tener facilidad para coger peso porque así se encuentran más cómodos», apunta Juan Antonio Corbalán, médico deportivo y exjugador de baloncesto. «Pero han de tener cuidado porque el sobrepeso les puede pasar factura».

Williams, caso excepciona­l

Un caso aparte es el de Serena Williams, que sigue triunfando a pesar de su edad y de haber engordado tras su maternidad. «Si vemos a su hermana Venus, son totalmente diferentes», señala Pereira. «Serena optimiza su potencia, ha aprendido a jugar así y sabe aprovechar sus capacidade­s». Opinión que también comparte Corbalán, aunque compadece a sus colegas. «Es un prodigio de técnica, fuerza y envergadur­a, pero seguro que sus médicos habrán tenido una lucha terrible durante toda su carrera para mantenerla en su cifra».

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FOTOS: ABC Karl Tu’inukuvafe llegó a pesar 170 kilos y ahora triunfa en los All Blacks con 130 Con 103, Adebayo Akinfenwa juega en el Wycombe de la liga inglesa Sofoklis Schortsani­tis, el pívot griego de 156 que asustó a EE.UU. El escocés Colin Montgomeri­e (130) llegó a número 2 del mundo
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Serena Williams (84) mantiene su altísimo nivel incluso después de la lactancia

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