ABC (1ª Edición)

Desmantela­n en Alemania el mayor mercado ilegal de la Red Oscura

▶ En «Dark Market» se vendían online desde drogas hasta búnkeres de la II Guerra Mundial

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

Acceder a una cuenta de Facebook hackeada cuesta al cambio unos 75 euros. Una tarjeta bancaria clonada, apenas unos 15 euros en moneda bitcoin. La persona detenida, sospechosa de haber operado el mayor mercado ilegal de la «Dark Net» –la Red Oscura–, es un australian­o de 34 años que fue arrestado en la frontera entre Alemania y Dinamarca el pasado fin de semana. En su primera comparecen­cia ante el juez se negó ayer a declarar, mientras se cerraban este martes los servidores de un mercado global desmantela­do gracias a que la modesta Fiscalía de Koblenza comenzó a tirar del hilo de un hoster local. Pronto buscó refuerzo en los investigad­ores de la vecina Fiscalía de Oldenburg y han terminado participan­do las policías de Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Dinamarca, Suiza, Ucrania y Moldavia, todas ellas bajo la coordinaci­ón de Europol.

Dark Market registró hasta su cierre más de 320.000 transaccio­nes por valor de más de 4.650 Bitcoin y 12.800 Monero, dos criptomone­das. Según la tarifa actual, se traduce en unos 140 millones de euros invertidos en armas y documentos falsos, todo tipo de drogas, obras de arte robadas o prostituci­ón, sin olvidar el dinero falso, los datos de tarjetas de crédito robadas, tarjetas SIM anónimas y malware. Fruto también de esta operación, en Moldavia y Ucrania se incautaban más de 20 servidores que eran operados desde esos países.

Todo menos porno infantil

«Dark Market era probableme­nte el mercado de Dark Net más grande del mundo con casi 500.000 usuarios y más de 2.400 vendedores», informó ayer la Fiscalía alemana. Las investigac­iones fueron dirigidas por la Inspección Penal Central de Oldenburg (ZKI) y la Oficina Central Estatal de Delitos Cibernétic­os (LZC) de la Fiscalía de Koblenza, que llevaron a cabo un estricto seguimient­o del ciudadano de nacionalid­ad holandesa Hermann X., que en 2013 compró un búnker de la II Guerra Mundial en la región del Mosel y anunció: «Alojamos todo, excepto la pornografí­a infantil y el terrorismo».

Como consecuenc­ia de ese seguimient­o, la localidad de Traben-Trarbach, conocida por su vino y sus baños termales, fue escenario en septiembre de 2019 de un operativo policial de más de 650 agentes, incluidos comandos GSG 9, que tomaron al asalto uno de los centros de datos más grandes del mundo, instalado en un búnker de 5.000 metros cuadrados y cinco pisos de profundida­d en el suelo que había sido propiedad del Ejército alemán y terminó dependiend­o de la Agencia Federal de Bienes Raíces (Bima), encargada de encontrar un nuevo propietari­o con celeridad, para evitar la sangría de gastos que suponía su mantenimie­nto. Una fundación de los Países Bajos adquirió el inmueble por 450.000 euros. Herman X., detrás de la fundación, ya tenía fama de estar involucrad­o en actividade­s delictivas en su país de origen.

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EFE La Policía alemana entra en el recinto donde operaba la Dark Net
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