«Es normal que muchos padres y madres no tengan ya fuerzas»
▶ La psicóloga Amaya Prado advierte de que las familias arrastran «fatiga emocional»
Niños sin ir a sus clases presenciales. Vuelta al teletrabajo y al «Home Schooling«, es decir, a estudiar en casa. Progenitores que han de negociar con la empresa poder teletrabajar porque sus hijos no van a ir al colegio en varios días. La nevera medio vacía porque las familias jamás imaginaron que el lunes sus hijos no comerían en el comedor escolar. Y, además, las autoridades piden no salir de casa por la helada tras el paso de la borrasca Filomena. Todo ello está provocando que numerosos padres y madres revivan los «fantasmas» del confinamiento.
«Es normal que muchos progenitores no tengan fuerzas», explica Amaya Prado, psicóloga Educativa y de Familia y miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP). Y es que tal y como ha reconocido José Manuel Sánchez a este diario, padre de dos menores de 3 y 5 años, «las familias apenas hemos podido descansar, llevamos mucho acumulado. Ahora, esta nueva circunstancia nos recuerda a lo vivido en marzo pero con una diferencia: estamos más agotados y casi sin fuerzas para poder hacernos cargo de todo otra vez; es decir, tareas domésticas, clases y la necesaria atención que necesitan los niños pequeños».
Cansancio extremo
«No hay que olvidar que venimos arrastrando una fatiga emocional importante fruto de muchos meses muy complicados por todo lo sucedido –recuerda Prado–. Y luego, cada familia tiene sus particularidades: cargas, gente con secuelas del Covid-19, los que han perdido a algún ser querido... Son diferentes factores que dificultan y empeoran la situación actual».
La Comunidad de Madrid confirmó el lunes por la tarde que suspendía las clases presenciales hasta el próximo 18 de enero después de anunciar el fin de semana que, al menos, lunes y martes no se abrirían los centros escolares. Al mismo tiempo, muchos progenitores, hasta el domingo a última hora, no fueron informados por sus empresas sobre si tenían que ir o no físicamente a trabajar. Todo ello
AMAYA PRADO PSICÓLOGA
«Es clave desdramatizar para no generar pequeños pero numerosos puntos de estrés»
está pasando una enorme factura, de nuevo, a las familias, principal germen de la sociedad, evidenciándose una vez más que hacen falta «con urgencia, buenas medidas de conciliación», recuerda Prado.
«Es normal que la situación actual nos recuerde al confinamiento. Los progenitores vuelven a recibir emails de los centros escolares informando de que van a ampliar las clases online, de cómo van a organizar estos días, etc. Las familias están agotadas y se ven obligadas a reorganizarse de nuevo. Es como rememorar algo traumático que genera una ansiedad anticipatoria», asegura.
Sin embargo, la experta reseña que, a pesar de que en un primer momento los progenitores puedan dejarse llevar por todos esos sentimientos, «la situación actual, debido al temporal, y la vivida durante el confinamiento, por el Covid-19, realmente no son iguales, aunque nos lo parezca». Por ello, es fundamental no desesperar y pensar, en primer lugar, que «la situación actual va a ser mucho más corta en el tiempo».
Cómo afrontar la situación
«Es clave desdramatizar para no generar pequeños pero numerosos puntos de estrés: “¿Y cómo voy a teletrabajar otra vez con los niños en casa?”. “¿Cuándo compro para poder hacer las comidas?”. “¿Qué hago ahora con las tareas domésticas?”. Todas estas preocupaciones estresan mucho a padres y madres», recuerda.
Así, es fundamental «no generar expectativas altas sobre lo que pueda o no pasar». Lo esencial, aconseja Prado, es «vivir el día a día, marcándose objetivos a corto plazo en función de la edad evolutiva de los hijos. En caso de no hacerlo, los progenitores corren el riesgo de caer en «pensamientos en bucle, rumiantes, obsesivos, disparando así los casos de ansiedad y de depresión que ahora estamos viendo los profesionales fruto del confinamiento», asegura la psicóloga.
Con respecto a los niños, Prado aconseja explicarles claramente la situación. «Hay que responder a sus preguntas siempre. Explicarles, si tienen dudas, que no van al colegio por la nieve, no por el coronavirus, que sigue presente», ejemplifica. «Y las tareas de clase —finaliza— se harán como se pueda porque lo realmente importante no son los contenidos educativos, como ya sucedió en la primera ola de la pandemia, sino que los menores estén bien emocionalmente, ya que vuelven a estar en casa. Pueden aprovechar estos días, además, para jugar con sus regalos de Reyes. Si algo nos ha enseñado el Covid-19 es a no hacer planes a largo plazo, sino a plantear objetivos cortos».