Otro retrato de Botticelli, de una colección española, sigue sin comprador
Hay otro importante Botticelli en el mercado. Concretamente, en España. El «Retrato de Michele Marullo Tarcaniota» (h. 1491), que estuvo colgado en el Prado durante más de una década, aún sigue en manos privadas. Propiedad de la familia Guardans-Cambó y declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1988 (y, por tanto, inexportable), salió de nuestro país con un permiso temporal en 2019: se puso en venta en Frieze Masters en el estand de la galería Trinity Fine Art. Responsables de la galería dijeron que había varias «ofertas serias». Su precio, 30 millones de dólares. Sus propietarios son Helena Cambó (hija del político, empresario y coleccionista catalán Francesc Cambó, que lo adquirió en 1929 por 1,2 millones de las antiguas pesetas) y sus hijos. Hablamos ayer, vía teléfonica, con Rafael Guardans-Cambó, uno de ellos. ¿En qué situación se halla el cuadro? «Lo tenemos nosotros tranquilamente, bien cuidado, y ya está. No ha habido manifestación alguna de interés por parte española: ni del Ministerio de Cultura ni de ninguno de los museos. Sí, por parte de particulares, con los que hemos estado hablando, pero no se ha concretado nada». ¿Qué ocurrió con las ofertas en Frieze Masters? «No se cerró nada y, por tanto, estamos donde estábamos».
¿Por qué hay esa gran diferencia entre el precio del Botticelli que sale a subasta (una estimación de 80 millones de dolares) y el del retrato de su familia (30 millones)? «La galería que lo llevó a Frieze Masters dejó bien claro que tenían que aplicarse los descuentos exigidos por su condición de BIC». ¿Si no fuese BIC los precios de ambos retratos se asemejarían? «El Estado español ha garantizado este cuadro durante los más de diez años que estuvo en el Prado, como se puede ver en el BOE, por 60 millones de euros. Por lo
tanto, si el Estado piensa que no vale eso, no sé por qué se garantizaba con ese importe». Siendo ministro de Cultura en funciones, José Guirao dijo que el cuadro debería ir al MNAC. ¿Está de acuerdo? ¿Le gustaría más que fuese al Prado? «Quien quiera pagar. Lo importante es que aquí hay una propiedad privada y un mercado. No entiendo el comentario de José Guirao». ¿El precio sigue siendo 30 millones? «El mercado es el que manda. Podemos estudiar propuestas y condiciones y, a partir de ahí, negociar». ¿Cuánto tiempo al año puede estar el cuadro fuera de España? «La casuística de los BIC es muy complicada. Ha habido criterios, opiniones y soluciones distintos, para adelante y para atrás, como la Yenka. Eso tendrá que decírselo el Ministerio». En España son muchos los grandes coleccionistas privados (Abelló, Koplowitz...) que podrían adquirirlo. ¿No se han interesado por el cuadro? «Sin duda, España es un país con coleccionistas, hay gente con patrimonio que se ha instalado en España... Opciones hay muchas, pero nos estamos tomando el tiempo que requiere el Covid y el parón de la economía mundial. A día de hoy no ha habido ninguna propuesta por parte del Ministerio». ¿Y ustedes han hecho alguna? «Nosotros no tenemos que proponer nada. El que lo quiera comprar que lo diga. Estamos buscando comprador».