Cinco alcaldes, cuatro del PSOE y uno de JpC, se vacunan sin pertenecer a los grupos de riesgo
«No las íbamos a tirar», se intentan justificar al ser descubiertos
Los políticos tienen en la gestión de la crisis sanitaria un buen escenario para dar ejemplo. Sin embargo, en el marco de la campaña de vacunación general contra el coronavirus, algunos representantes públicos han hecho, precisamente, lo contrario. Las vacunas que llegan a España, como por el momento no hay dosis disponibles para toda la población, se destinan primero a los colectivos más vulnerables. Los ancianos, además de los sanitarios y el personal sociosanitario de los centros asistenciales, han sido los elegidos para recibir las primeras dosis.
No obstante, algunos políticos se han vacunado en esta primera ronda, en la que todavía escasean las vacunas, pese a no reunir las condiciones para ello. De momento no hay demasiados ejemplos, pero algunos comienzan a asomar. Tres alcaldes socialistas de distintos municipios de la Comunidad Valencia, la primer edil, también socialista, de un pueblo de Córdoba y un alcalde independentista en Tarragona.
Uno de los primeros casos fue el del alcalde de Riudoms (Tarragona), Sergi Pedret, de Junts per Catalunya (JpC) quien, con apenas 37 años, se vacunó junto con otro edil de su partido. Al ser preguntado por este escándalo por el medio «Tarragona Digital», el alcalde se justificó de la siguiente manera: si ellos no se ponían las vacunas, «se tendrían que tirar». Como adelantó dicho medio de comunicación, estas dosis formaban parte del contingente destinado a una residencia de ancianos. Allí, dos personas decidieron no ponerse la vacuna y finalmente terminaron beneficiándose dos integrantes del equipo de gobierno local. «Recibí una llamada de la coordinadora del proceso de vacunación explicándome que las dos dosis se habrían de tirar, ya que por diferentes circunstancias dos vacunas programadas no se pudieron suministrar», se excusó el alcalde.
«No las íbamos a tirar»
«Llevo meses yendo a casas de gente de riesgo que no puede salir a la calle, trabajando en el ayuntamiento y en contacto directo con muchas personas; sobraban siete dosis, no las íbamos a tirar a la basura». En estos términos se justificó, al ser preguntado por la agencia Europa Press, Ximo Coll, el alcalde socialista de la localidad alicantina de El Verger, que también se vacunó sin pertenecer a los grupos de riesgo. Lo mismo hizo su mujer, Carolina Vives, también socialista y alcaldesa de Els Poblets. «Hemos hecho lo que nos ha dicho nuestro centro de salud», argumentó Vives. Acto seguido, la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana abrió una investigación para determinar por qué se han realizado vacunaciones a personas que no se encontraban dentro del primer grupo elegido para ello.
Asimismo ha abierto una investigación similar la Junta de Andalucía al tener constancia de que Francisca Alamillo, alcaldesa socialista del municipio de Torrecampo (Córdoba) y presidenta del patronato de la comarca de Los Pedroches, también recibió una dosis. Alamillo fue vacunada en la residencia de ancianos local y el Ejecutivo andaluz quiere esclarecer por qué. La regidora esgrimió que «visita mucho» el asilo al ser su presidenta.
Por su parte, Fran López, el líder de las Juventudes Socialistas valencianas y alcalde de Rafalbuñol, incluso ha pedido perdón. Se vacunó el 27 de diciembre, el día que comenzó la campaña, pese a tener 29 años y no cumplir con el perfil para recibir la dosis. «Visto con perspectiva, no fue la mejor decisión. Si alguna persona se siente ofendida, lo entiendo y pido disculpas», esgrimió López, quien asegura que se vacunó pensando que ayudaría a «dar sensación de confianza, tranquilidad y seguridad a la ciudadanía».