Mitad en broma, mitad lección
Lo de Corea del Norte hay que tomarlo mitad en broma y mitad como lección. La mitad de broma consiste en no conceder ninguna credibilidad a este tipo de regímenes, porque si lo hiciéramos significaría que no hemos aprendido nada de la Historia. La mitad de la lección consiste también en que este mismo aprendizaje fundamental consista en no olvidar jamás la retórica de miseria, hambre y muerte a la que conduce el comunismo, la ideología más sanguinaria y criminal de todos los tiempos. Es básico no olvidar que el nazismo y el falangismo, como el comunismo, son formas de socialismo; y que el socialismo, como cualquier igualitarismo, es una forma de populismo. Dudo que los misiles de Corea del Norte sean ni siquiera misiles, y lo más probable es que se trate de burdos señuelos, exactamente la misma estafa que su planificación económica. Como de cualquier persona o cosa, hay que aprender de Kim Jongun. Hay que aprender mucho. Hay que captar el sometimiento, la desolación del pobre hombre norcoreano, solo en mitad de la nada, cautivo, sin derecho a la inteligencia, a la competencia ni a la prosperidad. Hay que reseguir las raíces del sentimiento hasta llegar al corazón dolorido por tanta humillación, por tanto desprecio. Presumir de misiles es presumir de la muerte. Olvidar que podríamos acabar siendo Corea, o Venezuela, es descuidar el don tan extraordinario de la vida libre. SALVADOR SOSTRES