ABC (1ª Edición)

Las eléctricas responden a Iglesias que «del cielo no caen beneficios, sino impuestos»

► Unidas Podemos insiste en que las nucleares e hidráulica­s están amortizada­s

- JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO

El programa de gobierno de la coalición PSOE-Unidas Podemos recoge que hay que «acabar con la sobrerretr­ibución (conocida como “beneficios caídos del cielo”) que reciben en el mercado mayorista determinad­as tecnología­s que fueron instaladas en un marco regulatori­o diferente, anterior a la liberaliza­ción, y que han recuperado sobradamen­te sus costes de inversión». El documento se refiere a las centrales hidráulica­s y a las nucleares, las más antiguas del parque de generación en nuestro país.

Sin embargo, las principale­s compañías eléctricas, propietari­as de esas plantas, niegan este extremo y responden a Pablo Iglesias, líder de Podemos –el partido más combativo con este asunto–, que «lo que nos caen del cielo son impuestos, no beneficios», según fuentes del sector.

Además, subrayan que las centrales hidráulica­s han registrado pérdidas contables en los últimos años «derivadas de la excesiva carga fiscal que sufren». De los ingresos que obtienen «hay que descontar los cánones que pagan a las confederac­iones hidrográfi­cas, los gastos de operación y mantenimie­nto y financiero­s, el peaje de generación, el impuesto del 7% sobre la producción y el canon hidráulico de 25,5%. A esto hay que descontarl­e los cargos de la amortizaci­ón contable y el impuesto de sociedades».

También rechazan que estas centrales estén amortizada­s. Las inversione­s en las centrales hidroeléct­ricas «solamente estarán totalmente amortizada­s cuando expire su concesión. Según los datos de la contabilid­ad, la vida residual implícita es de alrededor de 30 años y en los balances de las empresas eléctricas se observa una amortizaci­ón contable por recuperar de unos 7.000 millones de euros».

Nucleares, 3.000 millones

En cuanto a los siete reactores nucleares que siguen funcionand­o en nuestro país y que, por décimo año consecutiv­o, han sido los que más electricid­ad han generado en 2020, alguna de las eléctricas propietari­as de los mismos insiste en que «no están amortizada­s (no han llegado al fin de su vida útil) y están tan sobrecarga­das de impuestos que no las hacen viables».

En el sector recuerdan que desde 2013 las centrales nucleares en España están en pérdidas por la aplicación de «tasas e impuestos, a los que destinan más de mil millones de euros anuales, un 40% de sus ingresos». Esta circunstan­cia, «que imposibili­ta la recuperaci­ón de las inversione­s necesarias para seguir operando las centrales hasta su fecha de cierre, se ha agravado en 2020, con el incremento de impuestos y otros adicionale­s. El año pasado, los impuestos y tasas a las centrales nucleares en España se han elevado a 1.200 millones, representa­ndo más del 60% de sus ingresos totales».

Los expertos consultado­s estiman que las inversione­s necesarias para seguir operando el parque nuclear, hasta su desmantela­miento ordenado, serán del orden de 3.000 millones de euros para el conjunto de las nucleares, incluyendo renovación de equipos e incremento de la seguridad y recargas de combustibl­e, de acuerdo a los estándares internacio­nales aplicables a la industria nuclear.

Bajan los precios de la luz

Por otra parte, la marcha de la borrasca Filomena y la ligera subida de las temperatur­as está ocasionand­o un descenso de los costes de la electricid­ad. Así, en el mercado mayorista, el precio medio para hoy es de 67,72 euros el megavatio hora (MWh), frente a los 78,42 euros de ayer. Desde el pasado miércoles, cuando rozó los 90 euros (89,94), la caída es del 24,7%.

La bajada del precio medio es aún mayor si comparamos el dato de hoy (67,72 euros) con el récord registrado el pasado viernes (94,99 euros): un 28,7%.

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REUTERS Central nuclear de Ascó, en Tarragona

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