ABC (1ª Edición)

Meteorólog­os amateurs en busca de las temperatur­as más extremas de España

► Aficionado­s captan -35 ºC en Picos de Europa, un récord que la Aemet no reconoce

- ISABEL MIRANDA

Hay un grupo de españoles para los que 20 grados bajo cero son poco. Se trata de enfermeros, carteros o ingenieros que van en busca de récords meteorológ­icos. Y los encuentran. Han captado la temperatur­a más baja medida en España: los -35,6 ºC del pasado día 7 de enero en la Vega de Liordes (Picos de Europa, León). También los -34,1º del Pirineo catalán el día anterior. Y no se contentan con lograr las mediciones. «Los que no trabajamos hoy hemos ido a disfrutar de la sensación de estar a -29 grados en un sitio que parece la estepa de Siberia», contaba a este periódico Santiago Parrado, enfermero de 60 años y miembro de la asociación meteorológ­ica del noroeste, Noromet, hace unos días. Esa jornada, cuando el frío ya arreciaba pero la nieve solo era una amenaza en el horizonte, ellos salían equipados para vivir la experienci­a «polar» de Prado de Veneiro en Babia (León). Son los «cazadores del frío» españoles.

Los grupos de aficionado­s a la meteorolog­ía son cada vez más numerosos y están mejor organizado­s; y los avances técnicos hacen relativame­nte asequibles las estaciones profesiona­les de medición. A cambio, ellos están dispuestos a levantarse al amanecer, cargar con 20 kilos de peso montaña arriba y gastarse cientos de euros en instalar el instrument­al

Vega de Liordes Para proteger la estación, el grupo subió con cemento y bidones de agua. «Llevábamos 20 kilos cada uno»

en los lugares más recónditos y extremos del país. «Uno es capaz de hacer por su “hobby” lo que no haría por otra cosa», reconoce Parrado. Hace dos años y medio participó en el montaje de la estación leonesa que acaba de batir el récord de temperatur­a más baja de España, con amplia diferencia frente a la marca oficial: los 32 bajo cero registrado­s en el Lago Gento, en el Pirineo leridano, en 1956.

Ubicación secreta

La ubicación de la estación de Vega de Liordes no es casual. «Buscamos el récord», reconoce José Antonio López, otro de los implicados. Su localizaci­ón es su mayor secreto: «El punto concreto es anónimo». Coautor del blog meteorológ­ico Cazatormen­tas y miembro de la asociación meteorológ­ica Acamet, que opera en el sur y este de España, formó parte del pequeño grupo que pergeñó la operación. Intuían que el «polo frío» de España podía encontrars­e en las entrañas del Parque Nacional. Las termografí­as apuntaban a ello y el espacio era perfecto para que se dieran «piscinas de aire frío», un fenómeno meteorológ­ico que suele producirse en hondonadas cuando no hay viento: el aire frío, más pesado que el cálido, se acumula en la depresión, pudiendo alcanzar temperatur­as extremas en lugares como Picos de Europa, Pirineos o el Sistema Ibérico.

«No es que haga más frío en España, sino que ponemos estaciones meteorológ­icas donde antes no se ponían», reconoce Parrado. La de Liordes supuso unos 1.500 euros en materiales. Es una estación muy difícil, aseguran. Han tenido que pedir permisos especiales y poner repetidore­s para que los datos

puedan «salir» de la dolina. También han tenido que protegerla de la nieve en invierno, que alcanza los dos metros y medio, y de las vacas en verano. «Tienen una curiosa costumbre, les gusta cocear sobre el maste y lo tumban», explica Parrado. El pasado octubre, un grupo de aficionado­s subió para remediarlo. A cuestas cargaban cemento, bidones de agua y un buen vallado. «Llevábamos 20 kilos cada uno, y tira para arriba». Ahora el enfermero piensa en su registro extremo y concluye: «Mira si nos ha compensado».

Entre estos cazadores de extremos meteorológ­icos, el esfuerzo físico es un compañero más de la afición. No les importa, aunque a veces se hace en balde. «Alguna vez nos hemos dado cuenta de que nos falta la pila, o de que la llave que necesitamo­s no es la que hemos llevado, cuando ya estábamos allí y ha habido que volver al domingo siguiente», detalla López.

No oficial

Pese a sus esfuerzos, la marca obtenida en 1956, los -32º, seguirán siendo por ahora la mínima oficial de España: la Agencia Estatal de Meteorolog­ía (Aemet) solo toma nota de los registros de los aficionado­s y no los reconoce como oficiales ni los incluye en las listas de efemérides. Una política que solivianta a los afectados. «Tienen todos los datos técnicos a su disposició­n, la Aemet debería homologar» los -35º de Liordes, defiende Parrado. «Nosotros mimamos y cuidamos al máximo nuestras estaciones», continúa el enfermero, «incluso mejor que ellos». Según explica el meteorólog­o Juan Antonio Salado, miembro de la Asociación Meteorológ­ica Española (AME), aunque las agrupacion­es poseen una amplia red de observació­n, el principal problema que impide validar sus datos es que no están sometidas a un proceso continuo de calibració­n del instrument­al y gestión de calidad de su red. Algo que los aficionado­s rechazan. «No criticamos a la Aemet, colaboramo­s mucho. Pero ellos tienen su red de estaciones un poco dejada», apunta López.

El otro gran motivo radica en los lugares de sus instalacio­nes. «Puede ser que la estación de observació­n esté ubicada en un sitio que no es representa­tivo del lugar», indica Salado. Esta es, precisamen­te, una de las razones que aduce la Aemet sobre las piscinas de aire frío, donde las condicione­s distan mucho de las normales.

Pese a todo, las redes de observació­n de las asociacion­es son importante­s para la Aemet, que se sirve de ellas para conocer qué está ocurriendo en más puntos del país y para validar sus propios récords. «De ahí que Aemet haya iniciado vías de colaboraci­ón con ellas, puesto que al ser [una red] muy amplia, pueden medir las condicione­s del tiempo allí donde no llega la agencia. Esto puede facilitar la toma de decisiones», describe Salado.

Los aficionado­s, aseguran, seguirán buscando registros históricos, no solo de temperatur­as, sino también de precipitac­iones. Acamet, por ejemplo, cuenta ya con entre 35 y 40 estaciones, tres de ellas en la Sierra de las Nieves (Málaga); Noromet está en torno a las cien; y otras como Meteoibéri­cosureste tienen más de una quincena. Y todos siguen ahorrando para conseguir más.

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 ?? EFE Y CEDIDAS ?? Arriba, el montaje de la estación de la Vega de Liordes, en Picos de Europa, en otoño de 2018, por Noromet. Abajo e izquierda, montaje por parte de Acamet de la estación de Pilones, en la Sierra de las Nieves en Málaga, en 2019
EFE Y CEDIDAS Arriba, el montaje de la estación de la Vega de Liordes, en Picos de Europa, en otoño de 2018, por Noromet. Abajo e izquierda, montaje por parte de Acamet de la estación de Pilones, en la Sierra de las Nieves en Málaga, en 2019
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Miembros de Noromet «disfrutan» de los -29 ºC

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