Londres protegerá por ley estatuas y monumentos polémicos
► «No debemos censurar ahora nuestro pasado», afirman sus promotores
El asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd en Estados Unidos provocó el surgimiento del movimiento Black Lives Matter, algunos de cuyos activistas dañaron estatuas y monumentos relacionados con el pasado esclavista y colonial de algunos países, entre ellos, Reino Unido. Con el objetivo de proteger el patrimonio histórico, incluidas las esculturas polémicas, el Gobierno británico aprobó una nueva ley. «Durante cientos de años, se han erigido estatuas y monumentos públicos para celebrar a las personas y los grandes momentos de la historia británica. Reflejaban las preferencias en ese momento, no una sola narrativa o doctrina oficial. Son enormemente variados, algunos amados, otros vilipendiados, pero todos forman parte de la trama y el tejido de nuestra rica historia», manifestó el ministro de Comunidades, Robert Jenrick, quien consideró que «no podemos, y no debemos ahora tratar de censurar nuestro pasado», razón por la cual ha promovido esta ley. Jenrick detalló que «lo que ha estado en pie durante generaciones debe ser considerado cuidadosamente, no eliminarse por capricho» y explicó que «cualquier eliminación debe requerir un permiso de planificación y la población local debe tener la oportunidad de ser consultada adecuadamente».
En la misma línea se pronunció el ministro de Cultura, Oliver Dowden: «Creo firmemente que debemos aprender de nuestro pasado para retener y explicar nuestra rica historia. Las decisiones que tomemos ahora moldearán el entorno heredado por nuestros hijos y nietos», afirmó. Dowden explicó que la ley «también se aplicará a las placas históricas».
Las nuevas medidas fueron duramente criticadas por los activistas así como por el Partido Laborista, que consideran que son una cortina de humo del gobierno para distraer a la población de su manejo de la pandemia. La doctora Halima Begum, directora de Runnymede Trust, un «think tank» de igualdad racial, declaró que «son nada más que humo y espejos» y acusó a Jenrick de, «con la mirada puesta en las próximas elecciones», provocar «una guerra cultural artificial, agitar a la base conservadora y distraer la atención». «El enfoque del gobierno en este momento debería estar en la lucha contra el Covid-19, proteger los ingresos de las familias y asegurar nuestra economía», señaló por su parte el diputado laborista Steve Reed, secretario de comunidades en la sombra.
La nueva ley llega después de que el 2020 estuviera marcado por la polémica en torno a los monumentos de personajes históricos ligados de alguna forma al racismo. Algunos de los hechos más sonados fueron el derribo en Bristol de la efigie de Edward Colston, un parlamentario conservador y comerciante de esclavos o los ataques a la estatua de Winston Churchill en la plaza del Parlamento en Londres. En este momento hay una campaña para derribar casi un centenar de monumentos por todo el país que, según los creadores, publicada en el sitio web «Topple The Racists» («Derribar a los racistas»), «celebran el racismo y la esclavitud».