Como la vida misma
Autor: Edu Soto. Director: Alberto Castrillo-Ferrer. Escenografía: Felype de Lima. Vestuario: Josemi Laspalas. Dirección musical: Víctor Elías. Iluminación: Himar Santana. Intérpretes: Edu Soto, Antonio Canales, Silvia Álvarez, Miguel Soto, Nacho Vera, Víctor Elías, Héctor Navío, Óscar del Pozo y Cristina Pascual Godoy (violín). Teatro Príncipe Gran Vía, Madrid. La pandemia –que inspirará a buen seguro a muy distintos creadores en todos los campos artísticos– es el punto de partida de esta pieza escrita por Edu Soto, un actor con un notable componente cómico y que había mostrado sus inquietudes como autor con una obrita estrenada hace cuatro años: «Cuando menos te lo esperes». «Post» –que, precisamente, desarrolla aquel texto– nos presenta a un personaje significativamente llamado como su intérprete –Edu–, que para pasar el confinamiento se refugia junto a su padre en un teatro vacío que suele cuidar éste. Allí nace la idea de crear un espectáculo y, ante la necesidad de encontrar músicos y actores con el que desarrollarlo, la nómica de habitantes del teatro va creciendo. El proceso de creación se une en «Post» a la peripecia de los arquetípicos personajes, dibujados con trazo grueso aunque bien perfilados: desde el payaso augusto que es el protagonista, un eterno perdedor que, sin embargo, no pierde las esperanzas de un «final feliz» para sus historias –su espectáculo y su
«POST» JULIO BRAVO
vida–, hasta el padre cascarrabias pero siempre dispuesto –con velocidad diesel, eso sí– a ayudar a su hijo o la chica de armas tomar y talento superior.
La obra, que el público disfruta con ganas, camina por un camino indefinido e irregular. Se asienta en la imponente personalidad del actor Edu Soto, que flaquea más como autor, y que la convierte a veces en un surtido de retales con canciones –metidas algunas con calzador, como el «Getsemaní» de «Jesucristo Superstar»–, chistes y gags que, finalmente, son los que consiguen elevar la temperatura del espectáculo. Miguel Soto –padre real del autor–, Silvia Álvarez y, especialmente, Antonio Canales –que demuestra como actor una gran personalidad y buenas maneras– destacan en un correcto reparto.