«Quiero dedicar tiempo a mis hijos, mi trabajo se ha vuelto secundario»
El actor, inmerso en la campaña para colar su nombre entre los nominados a los Oscar por su papel en «The Way Back», habla con ABC sobre su presente
Ben Affleck (California, EE.UU., 1972) está en boca de todos. Siempre polémico, su vida privada y sus excesos han hecho tanto ruido como sus películas (que le han valido dos Oscar a mejor guion con «El indomable Will Hunting» y mejor película con «Argo», que dirigió). Ahora sus fotografías se cotizan al precio del oro por las revistas del corazón tras romper con la hispano-cubana Ana de Armas, con quien ha estado saliendo durante un año. Él lo sabe. Y también que el interés que despierta en la prensa y el público le puede ayudar en la carrera al Oscar que acaba de comenzar por su papel en «The Way Back», una película que estrenó el pasado mes de marzo pero que, tras el parón de los estrenos por culpa de la pandemia, está en las quinielas de lo que podrán votar los académicos.
Considerado su mejor trabajo interpretativo, Affleck da vida a un sórdido entrenador de baloncesto hundido en la depresión tras divorciarse, y que tiene que afrontar la pérdida de su hijo mientras lucha con su alcoholismo. Temas casi todos que el actor reconoce por haberlos experimentado de una manera u otra. Desde Los Ángeles, ABC pudo conversar con Ben Affleck sobre su interpretación, su futuro, su experiencia y el futuro del cine.
—Está entregado a «The Way Back», película que estrenó en marzo pero con la que hace la ronda de promoción de cara a los premios de este año. ¿Por qué es tan importante para usted esta película?
—Este filme y este personaje eran perfectos para el momento en que me encontraba en la vida cuando lo rodé. El grado de familiaridad que tenía con alguno de los temas y la forma en que, como padre, afronta la pérdida de un hijo, y yo tengo hijos, me ayudó a entender cómo interpretar este papel. No niego que hay una enorme paradoja en mí cuando se trata de actuar porque mi mejor trabajo suele ser el que ha sido más fácil, el más natural. Muchas veces me siento a ver, en el rodaje, lo que he hecho, la última escena, y si me cuesta no me gusta. Si tengo que repetir mucho una escena, si me obligan a
Cambios
«No quiero participar en proyectos insustanciales y no necesito volver a estar en la portada de ninguna revista por el resto de mi vida»
Su último papel en «The Way Back»
«Siendo alcohólico, pude enriquecer el papel con mi experiencia. Definitivamente me ayudó»
hablar mucho, el resultado parece forzado. No lo siento. En este caso, estaba dentro del personaje en cada momento. Quería mostrar cuánto echo de menos a mi exmujer, hablar de esos pequeños nudos que se van formando en la vida. Sin dramatizar. He confiado en Gavin O’Connor como director porque sabía que iba a hacer un buen trabajo.
—¿Es su mejor trabajo como actor?
—En la interpretación es necesario tener química con el personaje. Es un misterio que todavía no he conseguido descifrar. Para mí, «The Way Back» es mi mejor trabajo como actor. No sé si para el público es un desastre, pero me sentí estupendamente rodando. Fue una experiencia catártica, especialmente por el paralelismo entre su vida y la mía. Supuso una enorme satisfacción poder expresarme a través de este hombre que acaba de divorciarse, de perder un hijo y que se refugia cada noche en sus cervezas. Amo actuar y tengo la gran suerte de poder hacerlo.
—¿Quiere decir que sus experiencias le ayudan en su carrera?
—Mi vida me enriquece como artista. Soy un actor que ha aprendido mucho dirigiendo. Estar al otro lado de la cámara me ha enseñado, ahora sé cuando alguien está sobreactuando. Ahora sé si alguien está tratando de venderme emociones. Eso me ha enseñado a contenerme.
—¿Cuanto más sufre en la vida, más sabio se siente?
—Yo he tenido una existencia llena de experiencias diversas, rica en cosas buenas, malas, fantásticas, terribles... Y esas experiencias me han obligado a pasar tiempo recapacitando, reflexionando y aprendiendo. Siento que tengo una amplia visión de lo vivido a mis 48 años, no le voy a negar que puede sacar de mi sombrero muchas emociones. No hubiera podido interpretar este personaje sin haber tenido hijos, o sin mi divorcio, o sin todas mis experiencias. No creo que uno deba vivir todo exactamente igual que sus personajes. En este caso, yo mismo me estoy recuperando de mi alcoholismo y este personaje es un alcohólico, pero su alcoholismo se manifiesta de una forma muy diferente al mío. Al mismo tiempo, siendo alcohólico, pude enriquecer el papel con mi experiencia y conectar mentalmente con mis problemas. Definitivamente me ayudó.
—Cuando rodó «El indomable Will Hunting» vivió por primera vez el otro lado de la cámara. ¿Sigue manteniendo esa desesperación necesaria para actuar?
—La desesperación no te lleva a ningún sitio. Lamento ver a esos actores que entran leyendo una escena al cásting porque no van a conseguir el papel. Es importante relajarse, conocer el personaje que vas a interpretar y comprometerse con el papel. Si no sientes que puedes hacerlo, es mejor no intentarlo. Es muy difícil ser un gran actor cuando tienes solo unas líneas en una película y lo mejor, siempre, es llegar relajado a las pruebas y al rodaje.
—¿Los premios son importantes?
—Yo tengo muchos premios, hasta razzies. Los tengo todos. Pero, al final, las películas que significan algo para mí tienen que ver con la gente con la que he compartido mi tiempo rodándolas. Conocer a David Fincher fue muy importante en mi vida, o colaborar con Matt (Damon), a quien adoro porque es uno de mis mejores amigos.
—¿Qué es lo más importante para usted en estos momentos?
—El tiempo se va muy rápido y cómo pases tus días, define cómo va a ser tu vida. La calidad de ese tiempo es importante y contribuye a la calidad de tu trabajo. Para mí, en estos momentos, lo más importante son mis hijos. Ahora estoy menos orientado al trabajo, quiero ser un buen padre. Más que nada, en estos momentos, quiero dedicar tiempo a mis hijos. Mi trabajo se ha vuelto secundario porque he tomado la decisión y el compromiso con mi papel de padre. No quiero mirar atrás y pensar que no he estado lo suficiente en sus vidas.
—¿Cómo se ve en los próximos 20 años?
—Quiero continuar trabajando con gente que me gusta, con quien quiero pasar tiempo, valorar cada momento e intentar atraer lo que considero interesante. Quiero contribuir con ideas interesantes y puedo hacerlo en dramas o incluso comedias, que es algo en lo que estoy interesado en interpretar. Lo que no quiero es participar en proyectos insustanciales y, déjeme decirle, no necesito volver a estar en la portada de ninguna revista por el resto de mi vida.
—La industria del cine ha cambiado mucho en la última década. ¿Siente nostalgia del cine que nos ha dejado?
—Las películas con las que yo crecí idolatrando, que representaban la época de oro del cine, que para mí fue en los años 70 con todos esos actores... Me producen nostalgia porque es un cine que ha desaparecido. Ya no se hacen esas películas. Ese tiempo en que los proyectos no estaban diseñados por la tecnología se ha ido. Sé que vivimos en un momento de transición que puede afectar al cine porque la audiencia puede encontrar grandes propuestas en las plataformas. Nos va a costar volver a llenar las salas, si las entradas no tienen un precio asequible. Lamento que, después del Covid, cuando vuelvan a abrir los cines, nos vayamos a encontrar menos películas independientes. A mí me afectó mucho el cierre de los cines porque este filme, «The Way Back», mi mejor trabajo, se estrenaba la semana en que se cerró todo.