El presidente de México, positivo en pleno pico de la pandemia
▶ López Obrador se encuentra estable y está confinado en la residencia del Palacio Nacional
El domingo a última hora de la tarde estallaba la noticia: el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunciaba que había contraído coronavirus. WhatsApp y las redes sociales ardían después de que el propio mandatario, en el cargo desde finales de 2018, anunciara en su perfil de Twitter la noticia acumulando más de dos cientos mil impactos y acaparando las tres primeras tendencias en su red social favorita. La cascada de mensajes de ánimo deseándole una pronta recuperación no se hizo esperar: los expresidentes Peña Nieto y Calderón, Justin Trudeau, Alberto Fernández, Maduro, los ministros de Defensa, Hacienda, Exteriores y la oposición participaron.
El positivo ocurre después de una de sus múltiples giras por territorio mexicano –la tercera del año–, que en esta ocasión le llevó todo el fin de semana, por Nuevo León y San Luis de
Potosí situadas al norte y centro del país. Tal y como informa la prensa mexicana, unos estados en los que se reunió con las autoridades pertinentes, como la Guardia Nacional, casi siempre sin mascarilla y que contarán con elecciones por sus respectivas gubernaturas el próximo junio. Un vídeo subiendo a un avión regular con la correspondiente mascarilla, en este caso la quirúrgica, fue el último espacio público en el que se pudo ver al presidente. El mandatario sufre sólo síntomas leves confinado en la residencia privada de el Palacio Nacional, junto a su mujer y el menor de sus cuatros hijos, atendido por un equipo de expertos –que «seguirán puntualmente su evolución»–, capitaneado por Jorge Alcocer, el ministro de Salud.
Llamada con Putin
Después de su llamada con Putin posteaba una foto en su despacho y en la que presumía de haber conseguido el envío de 24 millones de dosis en los próximos dos meses de la vacuna Sputnik V, sin datos oficiales sobre su inmunidad, y que según el Centro ruso Gamaleya, al que avalan dos vacunas contra el Ébola en 2015, su eficacia es del 91,4%. AMLO no estaba vacunado porque prefirió esperar a la segunda fase de vacunación, entre febrero y abril, que se dedicará al personal de salud que no se encuentra en primera línea y a toda la población mayor de 60 años. Este grupo de riesgo podría iniciar su inmunidad en marzo con la dosis única de la china CanSino Biologic
La lista de presidentes que han padecido el coronavirus es larga: Trump, Bolsonaro, Jonhson o Macron. En el caso mexicano al menos diez titulares –Hacienda, Agricultura, el portavoz del Gobierno…– lo contrajeron. La coordinadora nacional del Programa de Becas y, en las últimas horas, el subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, han fallecido. Y es que la situación de la pandemia en tierras mexicanas es asfixiante: cuesta encontrar una cama libre en la capital con hospitales que rozan el 90% y donde las colas para conseguir oxígeno son habituales. El coronavirus arrastra 150.000 muertes totales, con un pico el pasado 21 de enero de 1803 defunciones y 20.500 infectados con casi 500 muertes diarias.
El 29 de diciembre la popular jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunciaba que varios centros hospitalarios se encontraban colapsados con un 83% de ocupación general en una desierta Ciudad de México en semáforo rojo –lo que implica el cierre total de los comercios no esenciales– por lo que se vieron obligados a aumentar en un 20% hospitales del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) para tratar pacientes. Hugo López-Gatell, el epidemiólogo encargado de evitar el avance de la enfermedad, ha tenido que salir al paso para evitar el uso masivo de oxígeno con una imploración a la población recordando que el uso de oxígeno es efectivo bajo prescripción médica ya que se origina desabasto y «hay familias que lo están buscando desesperadamente».