ABC (1ª Edición)

Alejandro de Miguel, denunciado por su portero por acoso sexual

El diseñador manchego asegura que él le acusó antes por amenazas. Los vecinos están hartos del culebrón

- SÁUL ORTIZ

Alejandro de Miguel es uno de los diseñadore­s más populares entre los famosos españoles. Modista de cabecera de importante­s celebridad­es, suyo fue, por ejemplo, el diseño que la presentado­ra Ana Obregón lució durante la noche de Fin de Año en Televisión Española. Sin embargo, 2021 no ha empezado bien para él. ABC ha podido saber que el manchego se encuentra inmerso en una complicada y escabrosa batalla judicial con el portero del edificio donde tiene su atelier en Madrid. Según consta en la denuncia, Delmar –el trabajador iraquí, apuesto, discreto y de poco más de treinta años– manifiesta haber sido acosado sexualment­e y de forma reiterada por él: «Desde que Alejandro adquirió las oficinas en el edificio, ha estado incomodand­o al denunciant­e con miradas fijas a sus genitales, llegando incluso a inclinarse a través del mostrador en el que suele estar realizando el denunciant­e sus labores de conserje».

A su vez, ABC también ha podido corroborar que Alejandro ha interpuest­o una denuncia contra el portero por un presunto delito de amenazas. En conversaci­ón con este periódico asegura que «la denuncia presentada en mi contra

«Si es grande pago lo que sea», dice el portero que le dijo Alejandro

es absoluta y rotundamen­te falsa y fue presentada después de que yo le denunciara». El diseñador se refiere a uno de los episodios que Delmar relató en su declaració­n ante la Policía y que ocurrió como respuesta a una de las presuntas coacciones: «Alejandro volvió a tocar la bragueta del pantalón con el dorso de la mano pronuncian­do las siguientes palabras: “Pago lo que sea, si es grande pago lo que sea». El denunciant­e señaló con su dedo a Alejandro y le advirtió que le iba a romper la cara si volvía a insinuárse­le».

Fuentes vecinales consultada­s confirman a este periódico que Alejandro no solo ha tenido diferencia­s con el portero, sino también con algunos de los inquilinos y propietari­os del inmueble a los que, además, habría hecho partícipes de su malestar con el conserje, al que acusa de «limpiar poco y hacer que esto parezca Vallecas».

Puestos en contacto con Delmar, este se muestra visiblemen­te afectado y compungido: «En once años que llevo ejerciendo de portero es la pri

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