Convulsión en Wall Street por la rebelión de inversores aficionados
► GameStop registra fuertes alzas a pesar de las cortapisas a inversores minoristas
Las acciones de GameStop, la cadena de tiendas de videojuego que ha sacudido los mercados, volvieron ayer a echar el vuelo. En el último capítulo de una revuelta de «comuneros» de la inversión frente a los «señores» de Wall Street, el valor registraba al cierre de esta edición fuertes subidas después de que una de las principales plataformas de inversión para minoristas cortara la posibilidad de seguir comprando acciones.
La de historia pequeños es apasionante: inversores, organizados una legión alrededor de la red social Reddit, unen fuerzas para atacar a «hedge funds» todopoderosos que habían apostado por la caída de la acción de GameStop.
La apuesta de estos grandes inversores a corto –una forma de invertir en la que se gana dinero si el precio de la acción cae– tenía sentido en un mundo convencional. GameStop es una red de tiendas físicas, en un momento en el que el comercio online se lo come todo, que perdió 795 millones de dólares en 2019 y que estima perder otros 465 en 2020.
Lo como que no Melvin contaban Capital, los es grandes una acción fondos, coordinada de miles de pequeños cionistas para reflotar el valor. Compraron en masa acciones de GameStop, lo que forzó a esos inversores en corto a tener que pagar más por sus posiciones, se sumaron más pequeños inversores y la acción acabó disparada. Un crecimiento de más del 1.500% en lo que va de año.
Wall Street está conmocionado. Las hordas de inversores, armados con plataformas tecnológicas como Robinhood, que permiten comprar acciones con la misma facilidad que se encarga un libro en Amazon o se pide un Uber, despreciaban los fundamentos de la Bolsa para conseguir que una empresa en crisis despegue. Es gente en pijama, confinada por la pandemia, tirada en el sofá con su portátil, sin haber pasado por Harvard ni Wharton, que intercambia asesoría financiera llena de emojis y sin respeto a la gramática, poniendo Wall Street patas arriba.
«Hedge funds» como Minerva, que ha necesitado el socorro de otros grandes inversores, están ahogados. Los apostadores a corto, según el cálculo de CNBC, han perdido casi 20.000 millones de dólares en este mes. Y gente como Keith Gill, un minorista de Massachussets, se embolsó 20 millones solo el miércoles.
De cinco a 483 dólares
Gill es uno de los instigadores de la revuelta y ayer habló con «The Wall Street Journal». Aseguró que el mercado había entendido mal a GameStop y que él siempre defendió que su acción tenía recorrido. Empezó a comprar a mediados de 2019, a un precio de cinco dólares por título. El miércoles llegó a estar a 483. «Fue una tremenda clasificación errónea de esta oportunidad», dijo sobre quienes apostaron a pérdidas.
Gill aparenta lo que se espera de un «nerd» de las finanzas, muy activo en Reddit y YouTube. Se comunica desde un habitación llena de pantallas, sentado en una silla de jugador y tocado con bandana y muñequeras color naranja chillón. Su apodo en Reddit es «DeepFuckingValue» (algo así como «valoración jodidamente profunda».
El jueves, Robinhood cortó la posibilidad de comprar más GameStop a sus usuarios. La legión de inversores aficionados lo vio como la demostración de que la plataforma, cuyo lema es «democratizar las finanzas», es una sola pieza más del mismo sistema que rescató a la banca en 2008 mientras la gente sin dinero se quedaba sin casa. La acción de GameStop se desplomó. Gill perdió 15 millones de dólares ese día. Goliath parecía que se impondría a David. Ayer, RobinHood empezó a permitir otra vez las compras y GameStop y otras acciones acosadas por inversores en corto volvieron a subir como la espuma.
La batalla seguirá. El tiempo dirá quién gana o pierde más, pero hay algo claro: Wall Street no volverá a ser el mismo.
Los apostadores a corto de los grandes fondos han perdido casi 20.000 millones este mes