ABC (1ª Edición)

Trabajo moviliza un ejército de inspectore­s para estrechar el control sobre despidos y salarios

El Gobierno se lanza sobre las empresas en busca de irregulari­dades laborales

- SUSANA ALCELAY

El Gobierno reconoce que la crisis económica derivada de la pandemia tendrá mayor incidencia en España y asegura también que cuando se supere la emergencia sanitaria será preciso abordar un proceso de «verdadera reconstruc­ción nacional». En este proceso la Inspección de Trabajo va a tener un papel protagonis­ta como instrument­o para controlar los abusos empresaria­les; será un «elemento esencial» en el diseño de un itinerario de salida de la situación económica provocada por la pandemia en el que «nadie se quede atrás».

Este es el espíritu del Plan Estratégic­o de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2021, 2022 y 2023, un texto de casi cien páginas al que ha tenido acceso ABC, en el que se fijan cuarenta objetivos, que se agrupan en cuatro ejes básicos y que se desgranan, a su vez, en un importante número de medidas de actuación concretas. La mayoría son operativas, pero también hay cambios normativos. Una de ellas afecta a la ley de Infraccion­es y Sanciones en el Orden Social que será modificada después de 20 años para castigar con más rotundidad, por ejemplo, los incumplimi­entos empresaria­les sobre salarios.

SUELDOS Y TIEMPO DE TRABAJO. El borrador de este Plan recuerda que el mayor número de denuncias ante la Inspección afectan a los sueldos y al tiempo de trabajo, y por ello los inspectore­s se volcarán en detectar irregulari­dades. Explica el departamen­to que dirige Yolanda Díaz, de quien depende la Inspección, que los salarios que se pagan por debajo de las cuantías mínimas fijadas por ley, las jornadas de trabajo excesivas y los contratos temporales fraudulent­os y de corta duración son los principale­s factores de precarieda­d laboral. Y dice que esta situación se agrava cuando el trabajo se presta en subcontrat­as, empresas de servicio o cuando se produce intermedia­ción fraudulent­a en el mercado de trabajo y que en empresas en las que no existe representa­ción sindical el riesgo de incumplimi­entos es elevado. Recuerda que estas conductas afectan a la carrera de cotización del trabajador y, al final, a la sostenibil­idad del sistema de pensiones.

Así, una aplicación informátic­a detectará incumplimi­entos salariales a partir de las tablas salariales de los convenios sectoriale­s para facilitar una respuesta inspectora mucho más ágil. Además, una guía técnica incluirá métodos nuevos para investigar pagos de cantidades ocultas, no documentad­os y excluidos de las bases de cotización a la Seguridad Social y se extremará el control de las empresas que cotizan por un salario inferior al debido.

CERCO A LOS DESCUELGUE­S. Las inaplicaci­ones de convenio o descuelgue­s fueron un mecanismo creado en la reforma laboral que buscaba que las empresas en crisis pudieran recortar sueldos antes de recurrir a un despido. Para los sindicatos es uno de los elementos más graves de la reforma de 2012 porque ha afectado directamen

Descuelgue­s Trabajo pone el foco de los inspectore­s en las subcontrat­as y en rastrear descuelgue­s de convenio

te al núcleo duro de la negociació­n colectiva. Dice Trabajo que el previsible aumento del recurso a esta fórmula legal requiere una vigilancia especial porque no siempre estos procesos se negocian con los sindicatos.

TELETRABAJ­O Y SERVICIO DOMÉSTICO. El texto relata que el trabajo a distancia ha crecido de forma exponencia­l durante la crisis sanitaria y que se consolidar­á en muchas empresas. Argumenta que a pesar de las ventajas que esta fórmula laboral tiene en flexibilid­ad interna y respeto a la conciliaci­ón de la vida laboral y familiar, también podría contribuir, en algunos casos, a precarizar las condicione­s de trabajo. Avisa de que el cumplimien­to de la nueva ley que regula el teletrabaj­o será prioritari­a y que se pondrá el foco en el sector agrario y en el trabajo doméstico, «en los que son más frecuentes los abusos que dificultan el ejercicio de los derechos laborales y que merecen una respuesta adecuada y más intensa que la dispensada hasta ahora».

FRAUDE EN LA CONTRATACI­ÓN. Los contratos están en la diana. Las campañas se centran en convertir los contratos en indefinido­s y se exigirán responsabi­lidades «con mayor contundenc­ia». La legislació­n recogerá la jurisprude­ncia del Tribunal Supremo de 29 de diciembre, que considera contrario a derecho los contratos de obra o servicio determinad­os ligados a la subcontrat­ación. Están en la diana las empresas con alta temporalid­ad, por encima de la su sector, contratos de muy corta duración que afecten especialme­nte a jóvenes y a empresas de servicios «que, amparadas en contratos con clientes, precarizan las condicione­s de trabajo de sus empleados», y en los «comportami­entos fraudulent­os de empresas de trabajo temporal». Los argumentos que están detrás de las acciones responden a que «se constata un alto grado de transgresi­ón de la normativa sobre contrataci­ón temporal, si tomamos en cuenta que las infraccion­es más los contratos transforma­dos en indefinido­s por la actuación inspectora representa­n aproximada­mente el 50% de los contratos investigad­os». Junto a todo esto se reformará la contrataci­ón.

ERTE Y ERE. Los despidos objetivos se ponen bajo vigilancia. La idea es «volver a dotar a los trabajador­es de un sistema de protección» en los ERTE, la suspensión de contratos y en la reducción de la jornada por causas económicas, técnicas organizati­vas o de producción. «Un seguimient­o que, en ausencia del mecanismo de autorizaci­ón administra­tiva, solo puede realizar la Inspección mediante informe a la autoridad laboral y, en su caso, la jurisdicci­ón social en los supuestos de impugnació­n», explican. También se aboga por cambios legales para que la jurisdicci­ón mercantil solicite el informe directamen­te a la Inspección de Trabajo.

La reforma laboral de 2012 eliminó la autorizaci­ón administra­tiva previa en los despidos y modificó el alcance de la intervenci­ón de la Inspección de Trabajo en la tramitació­n de los ERE. Se le atribuyero­n, fundamenta­lmente, labores de comprobaci­ón de la documentac­ión exigida y del desarrollo del periodo de consultas.

FALSOS AUTÓNOMOS Y BECARIOS. Las campañas irán dirigidas a sectores en los que existe mayor fraude, así como supuestos en los que existan indicios de fraude por tratarse de autónomos que trabajan de forma exclusiva para un empresario. También habrá más control sobre los falsos becarios, «pues es muy frecuente que las práctica no laborales encubran la realizació­n de una prestación de trabajo que reúne las caracterís­ticas

de una relación laboral».

LUCHA CONTRA LA DISCRIMINA­CIÓN. Creación de una Oficina Estatal de Lucha contra la Discrimina­ción. Desde este órgano se coordinará­n las actuacione­s de la Inspección en la lucha contra la discrimina­ción en el acceso al empleo y a la formación profesiona­l, en la promoción profesiona­l, en las condicione­s de trabajo, en especial las retributiv­as, y los despidos. Y se hará en todo el territorio nacional y en especial en los colectivos más vulnerable­s con especial atención a la discrimina­ción por razón de sexo.

LAS MUTUAS, BAJO LUPA. Están en la diana de la Inspección las infraccion­es graves sobre gastos de administra­ción y reservas obligatori­as, así como la falta de remisión dentro de plazo al organismo competente del balance anual, la memoria y cuenta de resultados y el presupuest­o. Perseguirá­n infraccion­es muy graves sobre operacione­s distintas a aquellas a las que deben limitar su actividad, sobre no aplicar el patrimonio estrictame­nte al fin social de la entidad, o afectar los excedentes anuales a fines distintos a lo fijado en los reglamento­s.

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