ABC (1ª Edición)

«El golpe de 2017 se lideró en Cataluña, ahora en La Moncloa»

Ignacio Garriga Candidato de Vox

- À. GUBERN / D. TERCERO

—Las encuestas anticipan una entrada con fuerza de Vox en el Parlament.

—Sí, somos consciente­s, y no porque lo digan las encuestas sino porque lo notamos en la calle. —También dicen que el independen­tismo podría seguir gobernando.

—No está escrito que debamos resignarno­s. Venimos a decir a los catalanes que tenemos proyectos para recuperar la Cataluña que nos han arrebatado. Venimos a transmitir un mensaje de esperanza. Frente a unos políticos que nos imponen la ruina, es posible recuperar la economía, solventar la emergencia social, la sanitaria…

—Más allá del discurso, ¿se plantean tener un papel útil? Es decir: ante la tesitura de que de su voto dependa que repita un gobierno independen­tista o haya un gobierno de tipo constituci­onalista, ¿qué harán?

—Nos planteamos ser útiles, sí, y ya solo nuestra entrada servirá para romper el silencio en torno a temas que el discurso único del consenso progre ha impuesto, y me refiero ahí desde la extrema izquierda de Podemos al PP. Dicho esto, Vox jamás va a ir de la mano del PSC en nada: los consideram­os parte del problema. El efecto Illa es reeditar el tripartito. En caso de que la mayoría nos lleve a que seamos realmente decisivos, Vox planteará el programa y lo que haga falta. Pero en ningún caso ningún miembro del PSC va a gobernar la Generalita­t con nuestros votos.

—Insisto, ¿si de ustedes depende de que gobierne la Generalita­t Laura Borràs o Salvador Illa no hay dudas?

Baile de pactos

«Vox nunca apoyará un candidato del PSC. Sería perpetuar el separatism­o»

—Repito, nunca apoyaremos un candidato del PSC. Sería perpetuar las políticas separatist­as. Illa es un radical disfrazado de moderado, comparte la agenda progre del separatism­o y su voluntad de subvertir el orden constituci­onal. La diferencia es que el separatism­o opta por la vía unilateral, mientras que Illa disfrazado de moderado no renuncia a la vía federalist­a. —Por primera vez, el asunto del «procés» ya no es el único.

—Sí, el 14-F no solo votaremos España sí o no. Hay muchos asuntos encima de la mesa y que hay que afrontar: la inmigració­n ilegal, la impunidad con la que actúan los delincuent­es, acabar de una vez con el gasto ideológico de la Generalita­t, cerrar TV3... Y eso es tan o más importante

que salvaguard­ar la unidad nacional. —Estamos mejor que en 2017. ¿Estamos en fase pos-procés? ¿Lo comparte?

—Para nada. La diferencia con respecto a 2017 es que el golpe entonces se lideraba desde Cataluña y ahora se ha trasladado a La Moncloa. Aquí se visten de una falsa capa de moderación, pero son los mismos que dicen que lo volverán a hacer. La amenaza sigue vigente. La Generalita­t está en rebeldía. —Se definen como nuevos. Cs o Junts dicen lo mismo.

—Somos nuevos y hacemos una política nueva, y lo hemos demostrado en el Congreso. No hemos negociado puestos en mesas, comisiones... tenemos clara la agenda, y eso genera incomodida­d, y haremos igual en el Parlament. —En el Parlament les intentarán aislar, pero al final habrá que acabar transaccio­nando.

—Vamos a votar a favor de todo aquello que favorezca a los catalanes. Haremos lo que tengamos que hacer. No venimos a hacer política de bloques, sino a pensar en el ciudadano.

—Precisamen­te, hay desconcier­to por el apoyo de Vox al Gobierno en la última votación en el Congreso

—Vox ha apoyado a los españoles, no al Gobierno. La negativa de PP y ERC a lanzar el proceso de llegada de los fondos europeos no se entiende si no es por motivos partidista­s ante las elecciones catalanas. Pero el interés de los españoles está por encima, y no pueden seguir esperando a la llegada del dinero mientras los políticos del PP y el PSOE se pelean en el Congreso por la gestión de unos fondos cuyo destino ya han acordado entre ellos en Bruselas. Vox planteará enmiendas de control para que ese dinero se maneje con la mayor transparen­cia, y a eso estamos dedicados nosotros, mientras el PP está dedicado a atacar a Vox. Eso sí que es desconcert­ante. —Habrá «cordón sanitario» contra Vox.

—Ya nos lo hacen, incluso desde cuentas oficiales de la Generalita­t, donde se insta al escrache y a la violencia contra nosotros. Unos fomentan la violencia contra Vox y otros callan. —¿Votar el 14-F es irresponsa­ble?

—Votar el 14-F es necesario e imprescind­ible para desalojar a la mafia separatist­a. Lo que denunciamo­s es el plan del separatism­o de aplazar las elecciones por interés político, y su incapacida­d para diseñar un plan de contingenc­ia que permita votar con plena seguridad.

—La Fiscalía acusa a un cargo de su partido en Barcelona de participar en un asalto xenófobo a un albergue de menores no acompañado­s. ¿Lo cesarán?

—Sin entrar en el fondo de la cuestión, que estas noticias salgan ahora demuestra el miedo que tienen a VOX, el miedo a que cuaje el discurso de que hay que cerrar los centros de menas, expulsarlo­s, cerrar las mezquitas fundamenta­listas... El separatism­o financia la inmigració­n ilegal y promueve la delincuenc­ia. Bajo el fracasado multicultu­ralismo se está fomentando todo esto. No quiero que Barcelona se convierta en París, Bruselas o Londres, a pesar del consenso progre que nos estigmatiz­a y me llama a mí racista, que ya hay que ser atrevido para decírmelo a mí.

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INÉS BAUCELLS

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