Portugal trasladará a Austria los enfermos más graves de Covid
Austria presta auxilio a Portugal, después de que el canciller Sebastian Kurz llamara por teléfono al primer ministro luso, António Costa. En vista de que el colapso del Sistema Nacional de Salud (SNS) portugués impacta en toda Europa, el máximo mandatario del país de Johann Strauss ofreció la solvencia de la red de hospitales gestionada desde Viena para dar salida a los pacientes más graves de coronavirus que se acumulan en Lisboa, Oporto, Braga o Setúbal.
El líder socialista aceptó la iniciativa, que se fragua tras ni siquiera haber negociado con la vecina España debido al desbordamiento que también sufren los centros de Madrid, Barcelona o Málaga. Era, por tanto, casi imposible recurrir al vecino de al lado, en un contexto en el que el propio Gobierno luso se ha atascado a causa de su obcecación al no avenirse a llegar a un acuerdo con las clínicas privadas. Semejante negativa, en absoluto comprendida por cientos de ciudadanos, ha desembocado en que las unidades hospitalarias no tienen alternativa ahora que se encuentran muy saturadas, pues los internamientos han crecido un 136% en la última semana y apenas queda espacio ya para acoger a más pacientes.
¿Y por qué tal rechazo? Porque el Gobierno de izquierdas que maneja los hilos en Lisboa, con el apoyo ocasional del Bloco de Esquerda para compensar su falta de una mayoría absoluta, no se mueve de la premisa de que esta crisis sanitaria es preciso enderezarla desde el sector públi
co. «Esta es la prueba de la “venezuelización” que padecemos», subrayan algunos en las redes sociales, como una muestra del estupor y la indignación de la gente.
Así las cosas, Portugal se desangra y el drama se palpa en las mismas calles que hasta hace unas semanas mostraban el espíritu vital. Hoy, sin embargo, su planificación sanitaria queda en entredicho y los familiares de los pacientes que peor lo están pasando temen que se los lleven a Graz, Innsbruck, Linz o Salzburgo, entre otras razones porque estarían rodeados por médicos y enfermeros germanohablantes, con lo cual les sería mucho más difícil comunicarse con ellos.