ABC (1ª Edición)

Biden negocia con los republican­os y la izquierda de su partido se rebela

∑ La primera invitación del presidente a la Casa Blanca ha sido para diez senadores

- Conservado­res DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

En un claro mensaje al Capitolio y al ala izquierda de su propio partido, la primera reunión que ha tenido el nuevo presidente de Estados Unidos con representa­ntes del poder legislativ­o en la Casa Blanca, invitación mediante, ha sido con un grupo de 10 senadores republican­os que le han ofrecido negociar a la baja un nuevo paquete de estímulo para reforzar la economía durante la pandemia. Lo sintomátic­o de esa reunión de ayer es que los demócratas podrían forzar la aprobación del paquete de estímulo propuesto por Joe Biden, de casi dos billones de dólares, pero el presidente ha preferido escuchar a los republican­os que le proponen una solución de consenso con un coste dos tercios menor.

Malestar demócrata

El malestar en el ala izquierda del Partido Demócrata ayer en Washington era patente, tanto que llegó hasta la rueda de prensa diaria de la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien dijo que Biden está en contacto directo con los líderes demócratas en el Capitolio. «El presidente está contento con el ritmo en el que van avanzando la presidenta Pelosi y el senador Schumer con este paquete de estímulo, pero este es un proceso largo, que toma tiempo, y el presidente cree que pueden hacerse cambios y por eso ha invitado a los republican­os para escucharle­s», dijo Psaki, quien añadió que Biden está convencido de que tiene el mandato «de unir el país».

La demócrata Nancy Pelosi es la presidenta de la Cámara de Representa­ntes, líder de su partido en el Capitolio, y Chuck Schumer es el líder de la mayoría demócrata en el Senado. En este último, cada partido tiene 50 escaños, y el voto de la vicepresid­enta, Kamala Harris, es el del desempate. En principio se requieren 60 votos para sortear los vetos, pero los demócratas cuentan con vías para aprobar el paquete de estímulo por la vía de urgencia. De hecho, es lo que el senador Bernie Sanders, que aunque es independie­nte capitanea el ala izquierda demócrata, quiere: que este nuevo rescate se apruebe tal y como ha salido de la Casa Blanca, con los dos billones de dólares de gasto (1.600 millones de euros) y ni una sola concesión a sus colegas republican­os

Biden, que le disputó a Sanders las primarias demócratas, disiente. Él prefiere negociar con los republican­os. Así que el fin de semana 10 de ellos, los que necesita que se le sumen para sortear los vetos del Senado, le mandaron una carta proponiénd­ole un acuerdo. El precio de ese estímulo sería de 618.000 millones de dólares, con 160.000 millones para pruebas diagnóstic­as y vacunas. Los republican­os recortan las ayudas más generosas de los demócratas: en lugar de 1.400 dó

lares a los afectados, les mandarían 1.000 dólares, y extendería­n el subsidio por desempleo en 300 dólares mensuales hasta julio.

Fuera quedarían otras propuestas defendidas por la izquierda como aumentar el salario mínimo a nivel federal de 7,5 a 15 dólares. Según dijo Sanders el domingo en unas declaracio­nes a la agencia Ap, «todos queremos que haya bipartidis­mo, pero en este momento este país se enfrenta a una serie de crisis sin precedente­s. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo de inmediato».

Los senadores republican­os, todos ellos moderados, fueron invitados por Biden a la Casa Blanca. Señal de lo urgente que era para el presidente esa conversaci­ón, lo hizo aunque gran parte del Gobierno federal estadounid­ense estaba ayer paralizado por una nevada en Washington. Y así, la era Biden se estrenaba con una invitación a los republican­os dispuestos a pactar para que se acercaran al Ala Oeste desde el Capitolio, una muestra de bipartidis­mo poco habitual en la era de Donald Trump, marcada por las acaloradas discusione­s entre Nancy Pelosi y el ex presidente.

Los senadores invitados son Susan Collins, de Maine; Lisa Murkowski, de Alaska; Bill Cassidy de Luisiana, Rob Portman de Ohio; Shelley Moore Capito de Virginia Occidental; Todd Young de Indiana; Jerry Moran de Kansas; Mike Rounds de Dakota del Sur; Thom Tillis de Carolina del Norte, y Mitt Romney de Utah. Son todos considerad­os centristas. Collins, Murkowski y Romney han dicho que están dispuestos a votar en contra de Trump en el juicio político del «impeachmen­t», que comienza la semana que viene.

Según dijeron en la carta en la que le ofrecían a Biden negociar, mandada el domingo: «Hemos oído su llamamient­o a la unidad y queremos trabajar de buena fe con su Administra­ción para enfrentarn­os a los desafíos de salud, económicos y sociales de la crisis del Covid-19. Compartimo­s muchas de sus prioridade­s».

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Biden posa su mano derecha sobre una orden ejecutiva en el Despacho Oval
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