ABC (1ª Edición)

EL BOLÍGRAFO DE SATANÁS

- PEDRO RODRÍGUEZ

Por lo menos desde hace un siglo, con el gradual ascenso de la Presidenci­a como el gran protagonis­ta del Gobierno de Estados Unidos, todo cambio de ocupante en el despacho oval viene acompañado de un simbólico aluvión de decretos. Estas órdenes ejecutivas tienen fuerza de ley hasta que otro presidente las retracte, el Congreso las nulifique o los tribunales federales dictaminen que son ilegales o directamen­te inconstitu­cionales. Desde 1907, más de 14.000 órdenes ejecutivas han emanado de la Casa Blanca.

Esa cifra descomunal no es un buen síntoma de la salud democrátic­a americana. Tanto presidente­s republican­os como demócratas se han contagiado de la fiebre del efímero «decretazo», tan contradict­oria con la insistenci­a constituci­onal en el balance y control entre poderes. Lo que debería ser un recurso excepciona­l se ha convertido en la rutina de un sistema en el que los resultados óptimos, y con mayor trascenden­cia, solamente se pueden lograr a través del consenso legislativ­o. Buscar atajos a través órdenes ejecutivas, puede resultar efectista pero no lleva muy lejos.

Trump se aficionó durante su mandato a rubricar sus decretos con un totémico rotulador, DE LOS GORDOS. Y Biden, aunque con trazo mucho más fino, ha alcanzado un record de 40 órdenes ejecutivas durante su primera semana como presidente. Todo un despliegue coreografi­ado para reflejar sus prioridade­s: cambio climático, respuesta a la pandemia, igualdad racial, sanidad, inmigració­n, priorizar la compra de bienes y servicios producidos dentro de EE.UU, etc.

Se entiende que todo presidente, especialme­nte durante sus primeros cien días, no quiera convertirs­e en víctima del bloqueo institucio­nal de Washington. Sin embargo, hasta el «NY Times» ha empezado a editoriali­zar para que Biden empiece a entenderse con el Congreso. Según John Hudak, de la Brookings Institutio­n, las órdenes ejecutivas tienen bastante de tribalismo: son lo mejor del mundo cuando se controla la Casa Blanca y el bolígrafo de satanás cuando se está en la oposición.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain