Bárcenas dice ahora que Rajoy conocía la caja B y cobró sobresueldos del PP
El extesorero vuela los puentes con el PP con una «confesión» de la contabilidad paralela
Como quien pone la venda antes de la herida, el extesorero del PP Luis Bárcenas arranca ocho folios de «confesión» dirigidos a la Fiscalía Anticorrupción con un preámbulo que viene a justificar por qué ahora y sólo ahora, sacude la alfombra que después de tantos años devino de amenaza en fanfarronería. Y lo explica con dos premisas muy claras. La primera, que se siente engañado porque en el partido se le prometió que su mujer, Rosalía Iglesias, nunca pisaría la cárcel y ahora cumple condena en Alcalá Meco. La segunda, porque los hallazgos de la operación Kitchen le han hecho ver hasta qué punto su silencio daba igual.
Tras reconocer que a partir de su segunda comparecencia ante el juez dejó de colaborar con la investigación de Gürtel y conceder «el mal que ha podido inferir a la sociedad», apunta y dispara. Primero, a Mariano Rajoy. Dice que era «perfecto conocedor» de la existencia de una caja B que se nutría con donaciones, finalistas o no, pero fundamentalmente de grandes adjudicatarias, que se maquillaba y repartía entre dos bancos y una caja fuerte en la calle Génova.
«A principios de 2009, tuvimos una reunión en su despacho, en el que le mostré los papeles de esa contabilidad B, espetándome que cómo podía seguir conservando toda esta documentación comprometedora que terminó personalmente destruyendo en la máquina destructora de papeles sin saber que yo guardaba copia», afirma Bárcenas.
No es la primera vez que vierte esta acusación, aunque ahora bailan las fechas. Ante el juez Pablo Ruz, cuando aún pretendía colaborar con la justicia, Bárcenas aseguró que lo que subió al despacho de Rajoy fue «una fotocopia» de la contabilidad paralela de 2008, el periodo en el que él «había dispuesto en solitario de los fondos». «Y él la metió en la destructora de papeles y destruyó el documento», declaró el extesorero. Ubicó entonces el incidente en el mes de marzo de 2010. El juez no adoptó diligencias sobre este asunto.
En el escrito, introduce en este punto el cruce con Kitchen, pues asegura que «gran parte» de esa misma documentación que Rajoy habría triturado le fue «sustraída» tras un «robo» en el estudio de Rosalía Iglesias.
Es el mismo lugar que los implicados en esa presunta operación parapolicial denominaban el «zulo» y que allanaron en busca de información, sin que en la causa conste que la consiguieran. Bárcenas, sin embargo, lo da por hecho: «Desaparecieron pendrives y diversos papeles que eran comprometedores», asegura.
Los célebres sobres
Tras describir que «desde el año 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del Partido Popular con percepciones en B que se realizaban a través de donativos», el escrito desglosa en epígrafes las entradas y salidas de aquel dinero.
Sobre las primeras, habla de ocultación al Tribunal de Cuentas, de fraccionamiento de los pagos para no rebasar el límite y hasta de falsedad documental. De las segundas, pone nombre a las iniciales que recogían sus célebres papeles como beneficiarios de «complementos salariales» en cash: «Rajoy, María Dolores de Cospe
dal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo». Este último emitió ayer un comunicado negando la acusación: «Nunca, jamás, ni Álvaro Lapuerta ni él mismo me entregó cantidad alguna en concepto de sobresueldo», aseguró Del Burgo.
Bárcenas asegura que era el tesorero Álvaro Lapuerta quien gestionaba el flujo, si bien reconoce que él mismo participaba porque la caja con el efectivo estaba en su despacho y porque a veces, asumía en su lugar esa función.
Su escrito no lleva anexo documental con pruebas de estas afirmaciones y de hecho, da a entender que no las tiene por culpa de la Kitchen, pero sí deja un aviso: asegura que existe una grabación en poder de «una persona» que destapará llegado el momento «por razones de oportunidad procesal», en la que Lapuerta habla de entregas en metálico y «se menciona, entre otros, expresamente a Mariano Rajoy».
A punto de juicio
Este movimiento de Bárcenas no se produce en un momento cualquiera. El lunes comienza en la Audiencia Nacional el juicio por la financiación de las obras en la sede del PP en Génova y el extesorero afronta cinco años de prisión. El escrito, de hecho, se centra en buena parte en este asunto, confirmando los extremos que sostiene la Fiscalía Anticorrupción: «Se acordó (con la adjudicataria) pagar parte de la ejecución con dinero procedente de la caja B con la finalidad de dar salida a dichos fondos y obtener al mismo tiempo un descuento», afirma. Para poder hacerlo de este modo, se emitió documentación durante la obra con «datos que no se correspondían a la realidad», siempre según su declaración. Añade que los pagos «no se contabilizaron ni se declararon a Hacienda».
El texto, firmado a 26 de enero, concluye pidiendo declarar en la causa sobre la trama Púnica y acudir de nuevo al Juzgado Central de Instrucción número 5, donde continúa abierta la investigación sobre una presunta financiación irregular del PP, recientemente impulsada por empuje, precisamente, del caso Kitchen.