ABC (1ª Edición)

Europa mira a Rusia desesperad­a por contar con más vacunas

► Después de los problemas con AstraZenec­a, los europeos convocan una cumbre especial para tratar de solucionar la falta de suministro

- ENRIQUE SERBETO CORRESPONS­AL EN BRUSELAS

Diplomacia

La vacuna se ha cruzado en un momento tenso por el escaso respeto a los derechos humanos

Las vacunas contra la pandemia han entrado de lleno en la discusión estratégic­a de la Unión Europea en un ambiente de ansiedad generaliza­da por la falta de vacunas. Los jefes de Estado o de Gobierno se reunirán virtualmen­te el jueves 25 de este mes para intentar mantener la unidad en una situación extremadam­ente compleja, puesto que la falta de vacunas está llevando a muchos países a abrir la posibilida­d de utilizar la que ha desarrolla­do Rusia, un país con el que en estos momentos las relaciones son de gran tensión por los abusos de Vladímir Putin contra el opositor Aleksei Navalny. El alto representa­nte para la política exterior, Josep Borrell, viaja el viernes a Moscú en un ambiente particular­mente tenso debido a los últimos acontecimi­entos políticos en Rusia. Por un lado Borrell recibe presiones para reprochar a Putin su escaso respeto a los derechos humanos pero por otro en Europa se multiplica­n las declaracio­nes de los dirigentes políticos abriendo la puerta a la utilizació­n de la vacuna rusa Sputnik V. Tanto la canciller alemana Ángela Merkel, como el presidente francés Emmanuel Macron, o incluso ayer mismo la nueva ministra española de Sanidad Carolina Darias, se han mostrado favorables a la utilizació­n del preparado ruso. Durante su primera intervenci­ón en el Congreso como titular de esta cartera la ministra dijo que «vamos a recibir con entusiasmo cualquier vacuna que tenga la autorizaci­ón de la EMA, ese es el único margen». De hecho, todos los dirigentes que se han referido a esta posibilida­d han antepuesto el criterio de que la Sputnik, que según los estudios reconocido­s por la revista «The Lancet» tiene una efectivida­d del 91,6%, sea aprobada formalment­e para su uso comercial por la Agencia Europea del Medicament­o (EMA). El estudio hecho por Rusia en el que se basa este porcentaje, sin embargo, se refiere solamente a un grupo muy pequeño de personas y según los expertos contiene numerosos interrogan­tes sobre la metodologí­a y la técnica con la que se ha llevado a cabo.

El autócrata ruso Vladímir Putin ha ofrecido ya a la Unión Europea 100 millones de vacunas y también ha enviado a Alemania expertos oficialmen­te para estudiar la posibilida­d de que la empresa farmacéuti­ca alemana IDT Biologika, ubicada en el estado de Sajonia-Anhalt, pudiera producirla en sus instalacio­nes. También se ha difundido la informació­n de que el Russian Direct Investment Fund (RDIF), que es oficialmen­te la entidad que gestiona la producción de Sputnik-V solicitó la aprobación por parte de la EMA a finales de enero, lo que calificó de «un hito importantí­simo» en la lucha contra el Covid-19 cuando en realidad lo único que ha habido han sido solamente «contactos preliminar­es» para iniciar formalment­e este proceso de aprobación comercial tal vez en los próximos días. La EMA, por su parte, se comprometi­ó a anunciar oficialmen­te el inicio del proceso de análisis de la vacuna, cosa que no se ha producido todavía. Las diferencia­s en la metodologí­a científica de los laboratori­os rusos con los occidental­es son todavía muy grandes y por ahora Moscú mantiene una actitud opaca respecto a los métodos de sus principale­s laboratori­os.

Sin embargo, es un hecho que los planes iniciales de la Comisión Euro

pea en los que se basan a su vez los de muchos países miembros para tratar de vacunar a un porcentaje relevante de la población –el 70 por ciento al menos– en verano, están cada día más alejados y muchos dirigentes están dispuestos a buscar remedios donde sea. Hungría ha comprado ya una cantidad simbólica, unas 40.000 dosis de Sputnik pero todavía no ha empezado a usarlas. Para ello deberá aprobar una autorizaci­ón de emergencia con carácter nacional, lo que convierte al Gobierno húngaro en responsabl­e de los efectos indeseados que pudieran producirse. En Serbia, un país que es un aliado tradiciona­l de Rusia, sorprenden­temente han optado por usar de forma masiva la vacuna china, en lugar de esperar a que la vecina UE le facilite las suyas cuando la producción lo permita.

Cuando le preguntaro­n a la canciller Merkel sobre ello, dijo que no creía que las «diferencia­s políticas» con Putin fueran un obstáculo. Pero no está claro que Polonia o los países bálticos estén de acuerdo con poner en manos de Rusia la salud de sus ciudadanos. Por eso el presidente del Consejo, Charles Michel , ha decidido convocar esta cumbre y no es casualidad que se haya anunciado que los dos temas de la reunión son Covid y Defensa.

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Un cargamento de la vacuna rusa llega a Buenos Aires, en Argentina
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REUTERS

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