ABC (1ª Edición)

Casi la mitad de los médicos portuguese­s están contagiado­s de coronaviru­s

► El índice de infeccione­s del país vecino alcanza el 70% si se suma a los enfermeros

- FRANCISCO CHACÓN CORRESPONS­AL EN LISBOA

«La pandemia está siendo más grave por culpa de las indecision­es políticas y no puede olvidarse que, cuando conseguimo­s empezar a dar respuesta a los pacientes, ya estábamos inmersos en una medicina de catástrofe». Las palabras del presidente del Colegio de Médicos de Portugal, José Miguel Guimaraes, resuenan como dagas verbales en la sede del Ministerio de Sanidad, tan criticado como el español a la hora de que los ciudadanos valoren su gestión de la crisis.

Se dirige visiblemen­te preocupado a todos los portuguese­s desde la televisión porque el colectivo que representa vive un auténtico drama: se han contagiado con el coronaviru­s 23.000 de los 50.000 médicos existentes a lo largo y ancho del país vecino, lo cual implica un peligroso acercamien­to a la tasa del 50%.

Las bajas se multiplica­n entre los profesiona­les, ante la impotencia del Gobierno socialista, que lleva cuatro años consecutiv­os congelando la inversión pública sin dar respuesta a graves problemas estructura­les como la escasez de personal sanitario.

Pero es aún peor porque, si sumamos los 74.000 enfermeros que tiene registrado­s PorData (Base de Datos

Saturados

La ministra de Sanidad lusa admite que el problema es la gestión de los recursos humanos

del Portugal Contemporá­neo), el índice de infeccione­s alcanza nada menos que el 70% de las personas que ejercen una u otra función.

De modo que ahora se entienden las declaracio­nes de la ministra de Sanidad, Marta Temido, cuando hace unos días señaló: «Camas tenemos, lo que nos falta es la gestión de los recursos humanos». La realidad demuestra que Portugal adolece de ambos factores. Además, no puede olvidarse una circunstan­cia que subraya Michael Head, catedrátic­o de la Universida­d de Southampto­n, para sonrojo del agonizante Sistema Nacional de Salud luso: «Los hospitales portuguese­s han sido, históricam­ente, lugares con una gran transmisió­n de enfermedad­es comparados con los centros hospitalar­ios de otros países del entorno. Quizá ahora, en este momento de la pandemia, estemos comproband­o las consecuenc­ias de este dato».

Ayuda internacio­nal

En medio de este desolador panorama, ayer llegó a Lisboa un avión militar del Ejército alemán, tal cual se esperaba. Objetivo: prestar ayuda logística al país ibérico, toda vez que los expertos de Berlín desplazado­s hace unos días emitieron un diagnóstic­o terrible: no es ya un colapso sanitario (que también), sino un drama.

La incógnita era adónde serían encaminado­s los 26 epidemiólo­gos que han desembarca­do, teniendo en cuenta que no hablan portugués. El destino otorgado tenía que ver con las posibilida­des de que ese grupo pudiera mantenerse unido y que consulten sus dudas unos a otros.

Finalmente, han sido derivados al Hospital da Luz, un centro privado. Esta es la razón de que se haya suscitado la polémica, en lugar de ubicarlos en el hospital público de Santa María. El centro situado en el barrio lisboeta de Benfica era el único que podía garantizar la permanenci­a de todos los profesiona­les en la misma unidad.

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EFE Ayer aterrizaro­n en Lisboa 26 epidemiólo­gos del Ejército alemán para prestar ayuda logística

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